Aunque bien intencionadas, medidas oficiales y de aplicación obligatoria nunca deben estar cerradas a posibles revisiones. Por esa razón es receptivo y oportuno el anuncio de Salud Pública de postergar hasta el 21 de febrero la exigencia de presentar una tarjeta de vacunación con tres dosis en locales públicos, como demandaron Colegio Médico Dominicano y otros. Así se evitan previsibles inconvenientes pues falta mucha gente por completar el refuerzo. Pero también tenemos que superar nuestra costumbre de dejar todo para última hora y pedir prórrogas. Aquí tampoco se ha prestado atención a que en otros países la obligatoriedad de vacunarse es cuestionada con argumentos de que viola derechos fundamentales de los ciudadanos como la libertad individual.

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