Lo dijo la procuradora Miriam Germán. Que el presidente designe al procurador y además tenga la potestad de destituirle, es una debilidad institucional. Resaltó la incongruencia de que el presidente no pueda destituir al defensor del pueblo, por ejemplo, pero sí al procurador. Pero, lamentablemente, tendremos que seguir viviendo hasta nuevo aviso con esa falla. No habrá reforma constitucional por la oposición estar negada y no tener el partido oficialista suficientes votos para pasarla. Hay que acotar incidentalmente que el proyecto presentado por el presidente tiene una grave falla: no explica el mecanismo de selección del procurador y deja al Congreso la tarea de determinarlo y aprobarlo, cuando sabemos cuán inoperante es el Congreso que tenemos.

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