Siguiendo con la vitamina D, resaltar sus principales fuentes dietéticas: pescado graso (arenque, sardinas, atún, salmón, entre otros); huevos y alimentos fortificados. Su producción en la piel depende de la cantidad de energía solar, cantidad de piel expuesta, duración de la exposición y tipo de piel. La variabilidad ambiental y étnica hace necesario (cosa complicada) contar en cada país con estudios para establecer la ingesta recomendada. Cuando falta sol es muy relevante el soporte nutricional y esa tiene que ser la tendencia pues la eficacia de los suplementos es un tema controvertido. No hay consenso sobre límites adecuados y toxicidad de la D. Suplementación, solo bajo prescripción y vigilancia médica por no más de 3 meses.

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