Esperamos la reactivación del turismo poscoronavirus, pero hay necesidad de reforzamiento general de la imagen internacional del país contra cierta mala fama, como muestra el caso de un turista norteamericano llegado a Santo Domingo en septiembre desde Vancouver, Canadá, para estadía de un mes. Viajero habitual, seleccionó el país al azar, “por ser de los pocos abiertos a extranjeros actualmente”, pero su decisión alarmó a su familia. Padres, hermanos, intentaron disuadirlo: República Dominicana -país al que nunca habían visitado-, era destino muy peligroso. El extranjero se atrevió a venir finalmente, pero no sin dudas y cierto miedo. Cuatro semanas después su “miedo” era irse; estaba encantado de su experiencia en el país y así, conmovido por esa inmerecida mala imagen.

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