Hace días se hizo viral un video que subió una mujer conocida como “Lula”, el cual colgó en su cuenta de Twitter @lula28v, donde explicaba que le regaló una carta romántica a su novio con motivo de su primer mes juntos y este terminó corrigiéndole la ortografía en la misiva.

Muchos allegados, gente de mis afectos, me hicieron llegar la noticia que compartieron varios medios, porque conocen de mi pasión por la ortografía y porque suelo hacer las observaciones necesarias cuando veo algunas faltas en ese sentido, pero con respeto.

Señalaba la información que suele ser normal que las parejas se ayuden y se motiven a ser mejores en todos los ámbitos, pero la chica no imaginó que su novio nuevo le iba a corregir sus faltas.

“Aunque Lula lo pudo tomar a mal, pasó todo lo contrario, ya que su novio lo hizo con respeto, amor y sobre todo con intención de mejora”, indicaba uno de los diarios digitales, a modo de ilustrar en lo que derivó tal gesto, que muchos no lo toman de buena forma.

Soy amante de las redes sociales como plataformas para edificar, pero mi preferida es Twitter. Allí, como en las demás, abundan seres humanos imperfectos, figuras importantes e “intelectuales” que, muchas veces, escriben con faltas ortográficas que suelen ser imperdonables.

Cuando alguien de mis contactos en Twitter escribe con alguna falta ortográfica, lo que procedo a hacer es escribirle en privado (por mensaje directo) y le hago la observación con cariño, tacto y respeto sobre lo que ha escrito violentando las normas, a veces hasta por desconocimiento o un simple desliz que puede ocurrir hasta en obras literarias.

Casi el 100 % de las personas a las que corrijo de ese modo, en términos ortográficos, lo agradece. Valoran mucho que lo haga en privado, sin necesidad de mostrar debilidades que puede tener cualquiera.

En definitiva, la lección con esto, a propósito de que este sábado finaliza el año 2022, es que aprendamos a corregir con amor y respeto a cualquier ser humano que necesite que lo edifiquemos con base en nuestras fortalezas. Créanme, muchos se lo agradecerán, algunos enanos mentales lo pasarán de manera inadvertida porque no están dispuestos a crecer, ya que algo llamado ego les ha sembrado esa terrible limitante.

Ha sido bonito que Lula haya compartido ese video, que nos deja como enseñanza que cuando las observaciones se hacen con amor y respeto, ambos lados crecen. Me despido de este 2022 y te deseo un 2023 cargado de buenas energías y con propósitos positivos en tu vida.


¡Gracias por leerme!

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