Es mayoritario el apoyo del pueblo dominicano al cierre total de fronteras con Haití. Es la expresión del rechazo a la pretensión de desviar o canalizar las aguas del río Masacre. Pero hay algo que no cuadra, y es la desproporción del tamaño del “enemigo” identificado y el despliegue militar del lado dominicano. Lo que se denuncia es que Haití no tiene el control y que son empresarios y políticos los promotores de la obra. También se denegó la entrada a RD de 9 haitianos “provocadores” que trabajan en construcción de canal. Incluso, Abinader aseguró que el monopolio de la fuerza en Haití está en manos de organizaciones criminales. ¿Ese despliegue de fuerzas, entonces, es para enfrentar apenas a un grupito de empresarios, políticos, bandoleros y “anarquistas” haitianos?