Sin mucho esfuerzo se puede concluir que cada vez que surge un problema en la isla, del tipo que sea, proviene el 100 % de las veces del lado haitiano. Ahora es el ántrax, y como en ocasiones anteriores los haitianos nos acusarán o se inventarán de algo. Ya hay quejas de ellos por los protocolos y controles que debemos imponer en la frontera. Cuándo llegará el día en que haya voluntad de su parte para un ambiente de diálogo abierto, respetuoso, comprensivo y que prime una actitud de buena vecindad en ambos países. Los gobiernos dominicanos se han mantenido en la mejor disposición de propiciar unas relaciones armoniosas y con espíritu de concordia. ¿Acaso nos notificaron o tomaron con el ántrax una actitud propositiva?