El poder se cimenta con múltiples intereses que se cohesionan bajo una sombrilla y mando común. Pero no siempre es así. Las elecciones municipales de febrero sugieren que esos intereses pueden singularizarse al interior de los partidos. Las parcelas buscan asegurarse sus cuotas, que son también una fuente de alimentación de parciales. Es llamativo cómo en el Distrito Nacional el PRM debió tomar una decisión sólo formalmente de cuerpo para la candidatura a la alcaldía. La resolución final estuvo bajo el influjo de quien se considera dueño de la plaza, David Collado, quien tiene su agenda. Aun resuena una ausencia en el acto de proclamación. Tras las municipales podría conocerse el contenido del bollo.

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