El Poder Ejecutivo sometió al Congreso el proyecto de Presupuesto complementario 2020. Se trata de una pieza con muchas particularidades que van desde el monto hasta el financiamiento y el tiempo de presentación.
Por primera vez plantea un monto global superior al billón de pesos, pues contempla la autorización al Ministerio de Hacienda a buscar financiamientos por RD$150,908.64 millones, con cuyo monto el tamaño real del Presupuesto 2020 sube a RD$1,070,312,255,666, es decir, un billón setenta mil trescientos doce millones. También es la primera vez que se presenta antes de agotarse el primer semestre.

Motivado en las necesidades fiscales creadas por la incursión en el país desde marzo pasado de la COVID-19, el Gobierno se adelantó a presentar un proyecto de presupuesto complementario en momentos en que ya cargaba con erogaciones extraordinarias en medicinas e insumos sanitarios y en ayudas financieras relacionadas con los programas como FASE y Quédate en Casa que ejecutó por el paro económico decretado con el propósito de frenar la expansión de la pandemia.

Todo presupuesto, aunque asumido como el principal instrumento de desarrollo nacional, es también la estampa política de los gobiernos, porque refleja la visión de las autoridades para trazar rutas de desarrollo o el conjunto de medidas fiscales para enfrentar problemas sociales.

El proyecto de presupuesto complementario fue aprobado ayer en la Cámara de Diputados en primera lectura, y la semana pasada había sido acogido aceleradamente en el Senado, donde el Gobierno tiene mayoría para sancionarlo hasta sin el apoyo de la oposición.

La pieza refleja RD$15,333.2 millones consignados como “aumento de apropiaciones” para diferentes instituciones. Entre ellas consigna un aumento de RD$300 millones para la Cámara de Diputados y RD$4,910.9 millones para la Junta Central Electoral (JCE). Y la Presidencia de la República también dispondrá de RD$5,249.3 millones más.

El grueso de los aumentos se fundamenta en la búsqueda de financiamiento externo e interno, principalmente en atención a las necesidades generadas por el virus.

El monto añadido es aparentemente acorde con los nuevos gastos en salud y atenciones sociales. La forma de distribuirlos es otra cosa. Sería una oportunidad magnífica para que el Congreso ejerza su papel de fiscalizador del Presupuesto, antes y después de ser aprobado. Pero…

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