Si el destino de la humanidad depende en gran parte de lo que haga o deje de hacer Estados Unidos de Norteamérica por tratarse de la principal potencia mundial, al ver a Joe Biden desorientado y dando tumbos, esta vez en Italia, es para preocuparse, porque del otro lado tenemos a Donald Trump, el supuesto bandido de la película, hombre catalogado y promovido como malo, muy malo. Si Biden está como está, y Trump es lo que dicen que es, y si tomamos en cuenta que en estos momentos los dos se encuentran en campaña electoral disputándose la conducción de la potencia hegemónica mundial, es para que el Señor nos encuentre confesados porque, entonces, el mundo pende de un hilito, de una hilacha.