La manida expresión de que el poder es para usarlo ha sido tan manoseada que la han despojado de contenido, pero a partir de ahora habrá que prestarle atención a la abrumadora mayoría del PRM en el Congreso, porque ha empezado a mandar señales de que podría convertirse en una máquina trituradora, una aplanadora, en un carro sin freno ni reversa como el de Jacobo Majluta.
La aprobación en ambas cámaras en bola de humo, de extrema urgencia, en lecturas consecutivas, del proyecto de ley que declara la necesidad de la reforma a la Constitución, constituye un primer aviso. No pararon mientes ni resistieron a la tentación de que se podría pensar que estarían transmutando los intereses generales del país en los de su partido, so pena.