Los resultados de la reunión de la Dirección Ejecutiva del PRM se diluyeron por la condena contra su diputada Rosa Pilarte, porque la sentencia casi coincide con ese encuentro y “la prensa” le dio prioridad. Pero el PRM lució reflexivo, centrado en lo que pasó en las tres provincias en que perdió y en corregir cualquier tipo de falla interna. Igual que Abinader, que tras la victoria se presentó humilde y sobrio y se alejó del estribillo del merengue de Ramón Orlando: “No hay nadie más para sustituirte”, el PRM no se dedicó a empequeñecer a sus adversarios y con todo el dominio que tiene no les cantó “el tabaco es fuerte…” ni bufeó ni choteó a la disminuida oposición política. Son detalles que tienen su valor.