No hay pero que valga; saludamos el plan “RD se mueve” que promete reducir tapones, crear más espacio en las calles y mejorar el flujo del tránsito en el Gran Santo Domingo, empezando por el Distrito Nacional. De todas maneras hay varios peros, como que se pone poco énfasis en la educación del ciudadano, aunque el plan menciona de soslayo lo cultural. Asimismo, el cambio de horario solo implica al sector público y también excluye las escuelas, incluidos colegios privados. Otra gran carencia es que motores y motoristas, un componente esencial del caos, brillan por su ausencia y sin régimen de consecuencias y que, además, se habla de represión para el aparcamiento vehicular sin tener como contrapartida la construcción de más parqueos. Aplausos al plan, a pesar de todo.