Quienes se dedican a estudiar los comportamientos sociales, deben analizar las manifestaciones de algunas comunidades frente a la iniciativa de las autoridades de alojar en determinados lugares a enfermos de la COVID-19. Es verdad que el miedo es una manifestación humana, y cuando se torna colectivo, resulta atroz. Puede conducir a estados inimaginables, individual o socialmente. Sin embargo, también es cierto que el valor, la entereza y la dignidad, para no llegar al coraje, derivan en fortalezas para reponerse a la ruindad. Porque si los habitantes se dejan abatir por sentimientos distantes de la solidaridad, pasan a ser pueblos bárbaros, ajenos a la civilización como la conocemos hoy. No olvidemos que la solidaridad es parte de la dominicanidad.