Oxfam en Haití

Oxfam, y otras tantas onegés internacionales son referencias de conducta y formulaciones de soluciones, paradigmas y objetivos deseables para medio mundo. Con sus raseros miden a media humanidad. Van a todas partes con recomendaciones y críticas de todo género. Sus palabras son palabras de Dios. Pero sus equipos no siempre obran según sus prédicas. Y ahí está pinchada en Haití. Miembros de esa entidad, que fueron a dar su “mano solidaria” a los haitianos en las horas difíciles que desencadenó el terremoto de 2010, se dedicaron a pervertir haitianas, contratar prostitutas. Se habla hasta de abuso de menores. Orgías y depravaciones con recursos donados por manos generosas del primer mundo. Es muy triste.