No asiste razón ni sintonizan con el mundo global de hoy, los que dicen que la retención del yate Flying Fox porque Estados Unidos así lo pidió evidencia que somos una República Bananera, tipo la que una vez se plegaba a todas las órdenes que provenían de “yanquilandia”. Las autoridades han cumplido con acuerdos suscritos, y nada más. Ahora bien, hay tres fallas que ponen a la gente a dudar. 1. La visita “de cortesía” que hizo al yate el ministro de la Presidencia; 2. Que la Armada Dominicana, luego de una inspección, certificara que la embarcación cumplía con “todos los estándares de navegabilidad”, y 3. El hermetismo, que no se transparente lo que ocurre, aunque dicen que la obligación es rendir cuenta primero al extranjero que solicita la investigación.

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