A esta hora es seguro que estará el griterío luego de que fueron contados los votos, especialmente de parte de aquellos que se creyeron anticipadamente ganadores. Es algo que afecta al mal perdedor, que nunca pasa la página y siempre busca excusas y hasta hace rebuses para no reconocer la realidad que parieron las urnas de votación.

A los perdedores con ese perfil (de los que abundan en República Dominicana), y como nos referimos a las elecciones en Estados Unidos, traemos a colación un consejo de Richard Nixon al perder por estrecho margen contra Kennedy en 1960: “Cuando se pierde hay que enfadarse terriblemente. Pero lo que distingue al buen perdedor es que hace recaer el enfado sobre sí mismo, no contra sus compañeros o contra sus victoriosos opositores”.

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