En todas las actividades de la vida hay que saber retirarse a tiempo. En política y en los deportes ese mandato es muy importante. Pero todos lo conocen, pero no todos lo aplican. Albert Pujols es una súper estrella del béisbol, con números y comportamiento suficientes para ir al Salón de la Fama. Su rendimiento decreciente de las últimas temporadas debieron motivarlo a retirarse. No lo hizo y ayer el equipo prácticamente lo dejó libre, algo que no debió esperar. Tras haber sido el hombre-equipo en dos franquicias, debió retirarse cuando todavía le quedaba algo, y entender que la pelota es un negocio, y que “business is business”. Ahora tendrá que entender que no fue nada personal, sino negocio.