Sea en el barrio o en la más calificada universidad, debe instituirse una cátedra destinada a explicar cómo es que continúan produciéndose los apagones. Quizás sea algo sencillo, pero no se entiende. La esencia radica en el método. El método siempre ha sido importante para entender. Porque ahora se produce más energía, más barata y de más fuentes diferentes al petróleo. Nomás ayer fueron formalizadas las operaciones de las más grandes plantas eléctricas en toda la República. Y siguen los apagones, en una etapa en que la demanda se supone algo disminuida por la crisis pandémica. Lo peor de todo son los precios y las sobrefacturaciones de las distribuidoras eléctricas. Eso no tiene madre.

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