Jamás pondré en duda el potencial de usar tecnologías para facilitar las tareas, como lo es el caso de Chatgpt, que desde que se anunció su llegaba al mercado, su popularidad siempre ha estado “viento en popa”. Pero pasar del uso al abuso de esta herramienta tecnológica, es cuestionable y preocupante. Hay quienes están dejando todo el trabajo a este chatbot; sólo se limitan a copiar y pegar, y olvidan que deben poner en sus trabajos esa esencia que los caracteriza, ese toque humano. En estos casos, ya no es una aliada, más bien una enemiga, porque les limita el pensar y el crear por sí mismos. Las tecnologías son un soporte, una ayuda en procesos creativos donde nuestro criterio debe dominar y no del modo contrario. Usarla de manera consciente y responsable siempre será la mejor opción.