Hace algunos días en un programa de televisión vi la presentación del destacado músico y arreglista Manuel Tejada, quien fue uno de los hijos del valioso médico salcedense doctor Manuel Tejada Florentino, a quien no conoció porque solo tenía dos años cuando su desaparición, por lo que de él solo conoce lo que se ha escrito y los relatos de su querida madre y familiares.

Por la diferencia de edad no pude tratarlo, pero conozco algunas facetas de su vida ejemplar, tanto a nivel nacional como salcedense valioso, donde se dedicó al trabajo honrado y al estudio donde terminó el grado intermedio (8vo. Grado) en su pueblo natal, pues el bachillerato lo realizó en Santiago, especializándose luego en Cardiología en la UNAM de México.

Pero lo que nunca ocultó fue la enaltecedora labor que desempeñó en su pueblo natal como limpiabotas, ebanista y músico, llegando a dirigir la banda municipal.

Ejerciendo como médico en Tenares, Provincia Salcedo, contrajo matrimonio con la destacada dama Sofía Tabar, realizando su profesión de médico en forma desinteresada y a favor de los pobres.

En 1948 se fue a México a especializarse en Cardiología y como no era seguidor del trujillismo se impresionó grandemente con el desarrollo político y democrático de esa gran nación, por lo que a su regreso reclutó algunos médicos y amigos formando algunas células dispuestos a sacrificarse por el país en contra del trujillismo.

Conocedores de su elevado patriotismo y su adversidad a la situación imperante, el 19 de enero de 1960 fue apresado en forma cruel y desconsiderada por los serviles del sátrapa de San Cristóbal y llevado a la cárcel de la 40 donde fue salvajemente torturado y, de acuerdo a informaciones recibidas, cuando lo iban a torturar en la silla eléctrica pidió que no lo hicieran porque por sus problemas coronarios podría morir, lo que realmente sucedió y a la fecha se desconoce dónde reposan sus restos.

El agradecimiento y la sensibilidad de este gran hijo de nuestro querido Salcedo, fue tan grande que debo mencionar la anécdota que aparece a continuación y que sucedió con mi finado padre Monsito Almánzar:

“Mi padre viajaba 1 ó 2 veces por semana a esta capital y por lo difícil de la carretera existente se tomaban de 4 a 6 horas, lo que aprovechaba su distinguida madre doña Bertha para enviarle con mi padre la ropa que ella le lavaba y planchaba en Salcedo. A su regreso de México se enteró de que mi padre estaba confrontando problemas del corazón, razón por la cual le envió un recado a Salcedo con un amigo que decía: “Dile a Monsito que yo sé agradecer y que he sabido que tiene problemas del corazón, que es mi especialidad, que venga a mi consultorio de la antigua Clínica Gómez Patiño para examinarlo”:

Ante esta situación, mi difunto hermano ingeniero Papi Almánzar y yo lo llevamos al consultorio del referido doctor y después de examinarlo nos llamó y nos dijo: “Su caso es difícil pero yo lo voy a tratar”.

Debo decir que con sus atenciones médicas, mi padre volvió a trabajar y vivió varios años más, muriendo en 1956 con el corazón dilatado.

Todavía permanece en mi memoria la visita que siendo un adolescente hizo este grandioso médico a nuestra humilde residencia en Salcedo para examinar a mi padre y recuerdo aquel hombre esbelto, de tez oscura pero el alma blanca, ataviado solamente con tradicional modestia de médico y su pensamiento puesto en el contenido del sacramento bíblico de “Amar al prójimo como a sí mismo”.

Incluyo a continuación algunas pinceladas de la autoría del destacado compueblano Juan Cruz Trifolio, que detallo a continuación:

Aquel 19 de enero de 1960, será difícil olvidar la manera cruel y descarada como actuaron los serviles del sátrapa de San Cristóbal para arrancarle la vida al doctor Manuel Antonio Tejada Florentino, ejemplarizante médico, humanista y político dominicano.

A los tres años de edad, logró realizar su primer trabajo remunerado: llevar el café diariamente, a un señor de la ciudad de Salcedo.

Luego, se convierte en limpiabotas para con el dinero generado aportar a la limitada economía que prevalecía en su modesta familia.

Su sensibilidad humana y su solidaridad con los más pobres llevaron al apóstol de la medicina salcedense, Manuel Antonio Tejada Florentino, a incursionar de lleno en la política partidaria en el Movimiento 14 de Junio y lógicamente, a asumir una posición radicalmente opuesta a los principios y las acciones sanguinarias de la dictadura trujillista.

Su oposición fue tan absoluta que tuvo que pagar con su desaparición física un 19 de enero de 1960, en el momento en que cumplía con sus responsabilidades de médico en un centro hospitalario de la ciudad de Santo Domingo.

En relación con su detención el 19 de enero de 1960, el Dr. Antonio Zaglul, que en paz descanse, expresa que: “Cuando lo detuvieron, todos sus amigos estaban optimistas menos yo. Lo conocía muy bien y sabía que no resistiría ninguna humillación, ningún vejamen. Era demasiado valiente”.

Y con su muerte selló su compromiso con la Patria…..!!!!!
Loor y gloria a este valioso héroe de nuestro querido pueblo de Salcedo y ojalá sus descendientes lean este artículo y que yo pueda verlos para expresarles en nombre de mi familia, el agradecimiento y grato recuerdo de este héroe nacional que fue el excelente y reputado médico: “Dr.Manuel Tejada Florentino”.
¡Paz a sus restos inmortales!

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