Jovenel Moise, presidente de Haití, camina en la cuerda floja. Su insistencia para mantenerse en el poder puede desatar un caos en un ya caótico país.
El domingo denunció un intento de asesinarlo y de golpe de Estado, pero muy pocos se lo creen. Hay 23 personas detenidas, entre ellas un magistrado y una oficial de la Policía Nacional.

La comunidad internacional, y especialmente República Dominicana, debe estar atenta a la crisis política, social y económica del vecino país. No es solo reforzar la frontera, que está muy bien. La situación de conflicto en Haití viene desde hace tiempo.

Hace poco, República Dominicana y Haití firmaron un acuerdo para trabajar en el proceso de identificación y de inscripción en el registro civil haitiano de todos los ciudadanos de ese país que estén en territorio dominicano, eliminar el flujo migratorio irregular, tráfico y trata de personas, armas, narcotráfico y el robo de ganado, entre otras actividades ilícitas.

Otro punto es la construcción de hospitales generales en territorio haitiano, ubicados donde el Gobierno de ese país lo considere apropiado con el fin de reducir el “uso intensivo” de los hospitales dominicanos. Todo esto puede perderse de un día para otro.

No es una injerencia dominicana, abogar en la OEA o la ONU por un acuerdo entre Moise y la oposición, que le permita al pueblo haitiano hacer elecciones, como lo manda su Constitución. El presidente gobierna sin el control del poder legislativo desde el año pasado y dice que se mantendrá en el cargo hasta el 7 de febrero de 2022, en una interpretación de la Constitución rechazada por la oposición, que ha desatado protestas por considerar que su mandato terminó este domingo.

En los últimos años, Haití ha sufridode desastres naturales que han afectado su economía. Ocupa el cuarto lugar mundial entre las naciones en crisis de déficit de financiamiento para enfrentar la emergencia humanitaria, según un informe de la FAO. La comunidad internacional está en deuda con Haití, mucho antes del terremoto de 2010 que asoló la empobrecida nación. Es tiempo de ser solidario nuevamente.

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