Al llegar hoy a su fin el largo asueto de Semana Santa el país regresa a su cotidianidad, en la mañana de un lunes en que el taponamiento vehicular será seguramente el ruidoso saludo de bienvenida.

El retorno a clases, con el consabido ajetreo de preparar a los chicos para ir a la escuela, traerá a la gente de regreso al mundo de los vivos, para caer en la cuenta de que los problemas son los mismos que se dejaron en pausa desde el pasado jueves al mediodía.

Los noticieros informarán que continúa latente, ahora con más motivos para preocuparse, la crisis haitiana y el tema penitenciario seguirá en la agenda.

Así mismo ¡Ay la política compay!, y su agitado curso con más fe a tan solo 46 días de la fecha cumbre, razón por la que los discursos y los gritos desesperados subirán de tono.

El COE ofrecerá esta tarde su informe final con los resultados del operativo “Conciencia por la Vida, Semana Santa 2024”, mientras nuestros organismos de socorro que nuevamente cumplieron su desinteresada misión de preservar vidas y bienes, recibirán el merecido encomio de parte de toda la sociedad.

Los de la diáspora que aprovecharon estos días para ver a sus seres queridos, emprenderán la vuelta a sus destinos foráneos, mientras que el país retomará su rutina y el mundo continuará tan complicado como siempre.

Cabe reconocer también la eficaz prevención y efectiva coordinación interinstitucional de los organismos de socorro, con la aplicación de los protocolos establecidos y un personal involucrado que, una vez más, demostró su sistemática laboriosidad, su entrega y dedicación.

La idoneidad exhibida, la innegable eficacia de los miles de voluntarios, médicos, paramédicos, militares, policías y especialistas en búsqueda y rescate que sacrificaron su tiempo para cuidarla y protegerla, no debe jamás pasar inadvertida para la población en general.

Y una mención especial entre tantos parabienes para los brigadistas de la Defensa Civil, esos miles de ciudadanos, en su inmensa mayoría jóvenes de barrios y de clase media, que trabajan sin tiempo y sin paga. Son los protagonistas fuera de las cámaras, los que en ocasiones ni una foto alcanzan.

Ojalá este feriado haya servido también para descansar y reponer fuerzas, para reflexionar y tomar decisiones, para afrontar el resto de año con energías renovadas y trabajar por el bien de todos.

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