El presidente Danilo Medina ha hecho muy bien con extender el toque de queda durante otros 15 días a partir de hoy mismo, viernes 3 de abril, desde las cinco de la tarde hasta las seis de la mañana, mediante el decreto 142-50.
La disposición no requiere explicación. Forma parte de las medidas para tratar de contener la expansión del COVID-19, que castiga a la humanidad, y obviamente a los dominicanos.

Asimismo, el gobierno nacional anunció anoche, a través del ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo, medidas adicionales para endurecer las políticas contra la pandemia.

Anunció también que el presidente Medina formalizará hoy una solicitud al Congreso Nacional de extender el estado de emergencia vigente, por otros 25 días, con el mismo propósito, y adelantó la petición de que las fuerzas políticas con representación en las cámaras la apoyen.

Es cuestión de que los legisladores se reúnan con la mayor prontitud, convencidos de que están en el deber de proceder según lo demandan las circunstancias.

Desde el pasado 17 de este mes las autoridades vienen aplicando sus resoluciones, cuando era más que necesario que entraran en vigor las medidas de distanciamiento social, recogimiento en las viviendas y las restricciones al transporte de pasajeros, y prohibición de concentraciones que tiendan a multiplicar la contaminación por el coronavirus.

Las medidas implicaron suspensiones de las principales actividades productivas y servicios, varias instituciones públicas, lo que ha impactado el desenvolvimiento de las personas. Eran y siguen siendo necesarias.

Pese a las mismas, ya el país contabiliza, al día de ayer, 1,380 infectados, con 60 víctimas fatales. Sin embargo, el boletín divulgado por el ministro de Salud puede considerarse algo alentador. Las muertes se ralentizaron con relación al día anterior, el miércoles, y los fallecidos nuevos fueron tres, lo mismo que los nuevos casos, que sumaron 96, una significativa reducción con relación a los 175 nuevos afectados del martes.

Hasta ahora, la humanidad no ha encontrado mejores políticas que el aislamiento social y el encerramiento para evitar la propagación. Depende mucho lo que haga cada persona.

Apoyemos a las autoridades, y hagámoslo cumpliendo sus directrices. Así, protegeremos nuestras vidas y progresivamente veremos normalizar la actividad productiva.

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