Empezar ya

El pasado 14 de este mes, elCaribe planteó que el desarme de la población es una clave en la lucha contra la criminalidad, y sugería que las autoridades tienen a mano un magnífico instrumento para iniciar una campaña sostenida con ese propósito, que es la Ley No. 631-16 para el Control y Regulación de Armas, Municiones y Materiales Relacionados.

El pasado 14 de este mes, elCaribe planteó que el desarme de la población es una clave en la lucha contra la criminalidad, y sugería que las autoridades tienen a mano un magnífico instrumento para iniciar una campaña sostenida con ese propósito, que es la Ley No. 631-16 para el Control y Regulación de Armas, Municiones y Materiales Relacionados.

Ayer, el ministro de Interior y Policía José Ramón Fadul (Monchy) planteó la necesidad de que se restrinja estrictamente el porte de armas de fuego, tanto de la población civil como de los guardias y policías fuera de servicio, dentro de un paquete de medidas para detener el crimen. Es obvio que el planteamiento supone como sostuvimos una política permanente de incautación de armas ilegales y desarmar a individuos sin las calidades debidas para portarlas legalmente.

Por lo que dijo Fadul en “Hoy Mismo” de Color Visión, por sí solo no puede disponer administrativamente la prohibición de porte de armas de fuego, porque está previsto en la ley.

Mientras tanto, hay que insistir en que la parte más peligrosa de las armas está en quienes la poseen ilegalmente, con intención criminal. Corresponde replantear la urgencia de sistematizar la persecución de las armas ilegales. Adoptar esa medida no conlleva despliegues militares, ningún tipo de aparatosidad ni alarmas, ni montar retenes fijos irritantes, que de nada sirven, sino desarrollar una labor sistemática para la incautación de las armas mediante procedimientos previstos en la ley y a través de otros recursos que las autoridades conocen a perfección.

Naturalmente, como el desarme de la población no va a resolver todo el problema de la inseguridad, y como reconoce el ministro Fadul, hay que ir más allá, mediante el trabajo a largo plazo que implique la persecución de otro factor detonante de violencia, como el tráfico de drogas. Adoptar políticas de reducción del desempleo y continuar sanando las grandes taras sociales que castigan a los sectores más vulnerables.

Mientras tanto, procede sistematizar la lucha contra el porte de armas y especialmente, perseguir la posesión ilegal. Hay que empezar ya.

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