El pasado jueves, el periodista Jhonatan Liriano, que aspira a una diputación en la circunscripción 3 de la provincia Santo Domingo, se presentó al Instituto de Protección al Consumidor (Proconsumidor) con una iniciativa sencillísima pero asertiva.
Preocupado por la calidad de la alimentación de los dominicanos, plantea que mediante resolución, Proconsumidor instituya una norma de etiquetado de los productos sugerente de los contenidos en grasas saturadas, azúcares y sales, con un indicador que él denomina “semáforo nutricional”, mediante los colores verde, amarillo y rojo. La etiqueta señalaría qué tan elevado serían esos ingredientes.

Lo mueve la información documentada de que la mayoría de las enfermedades del corazón, diabetes y otras catastróficas, al margen de los factores hereditarios, están asociadas a la calidad de la ingesta, y en general, a los hábitos de vida.

Su idea es parte de una iniciativa legislativa que buscaría la aprobación deLey General de Promoción de la Alimentación Saludable. Es lo que se ha hecho en otros países.

Durante la administración del presidente Barack Obama, Michelle, su esposa lideró una robusta propuesta que terminó en ley orientada a combatir la obesidad infantil, que es un grave problema en Estados Unidos.

Pero no se trata sólo de los niños. República Dominicana está entre las primeras ocho naciones de América Latina con una población con obesidad o sobrepeso, no menos de 64,6%. 27% obesos, y 37% en sobrepeso, según informe reciente de Naciones Unidas.

Generalmente, la obesidad o el sobrepeso envuelven la desnutrición. Otro problema de salud pública.

De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), atender las demandas en salud por esa causa cuesta al Estado dominicano US$1,961 millones anualmente, valor que equivale al 2.6 % del Producto Interno Bruto (PIB).

La propuesta de Jhonatan Liriano es una expresión de que una campaña asertiva puede servir para educar y contribuir a mejorar la calidad de la vida de las personas.

Y como puede verse, no se requieren muchos millones de pesos. Solamente ideas y vocación de servicio.

A Proconsumidor no le resultaría demasiado difícil trabajar en la dirección propuesta.

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