El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) impulsa el “Programa para Mujeres Líderes Emergentes del Sector Público”. Es un proyecto que esa organización desarrolla hacia su interior y entiende que se puede implantar en los países. Concretamente, en la República Dominicana estaría orientado a que las mujeres superen el 33% de las posiciones que tienen asignadas en los organismos de representación, Congreso, municipios, gobierno central y en el liderazgo político.
Es loable que la gerente de Recursos Humanos del BID, Claudia Bock-Valotta, crea posible el crecimiento de la participación de la mujer, pero apostando a la meritocracia y no por las cuotas por concesiones que la sociedad o los actores políticos han venido haciendo en el curso de los años, ya mediante acuerdos, la ley electoral, o por la previsión del artículo 39, numeral 5 de la Constitución de 2010, que compromete a la Administración “a promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de justicia y en los organismos de control del Estado”.
El plan busca sepultar la creencia de que las mujeres logran los puestos porque son parte de la cuota y no porque se los ganan o los merecen, de acuerdo con la declaración a elCaribe.
Debería ser así, especialmente si se tiene en cuenta que las mujeres son el 50% de la población nacional, representan cada vez más el mayor número de egresadas de escuelas y universidades, su presencia es creciente en las principales empresas, pero cuando se habla de representación, resultan relegadas y acceden a los cargos de elección por la gracia de las cuotas que les reservan los partidos. Siempre venciendo triquiñuelas y artimañas a que nos tienen acostumbrados los políticos.
Para que resulte como se aspira, las mujeres deben entender que la participación es clave. La funcionaria del BID incluso cree que deben ser más atrevidas a la hora de optar por un puesto o una posición electiva.
La clave seguirá siendo la preparación y la iniciativa para ocupar el rol que les corresponde en la sociedad.
