El presidente Abinader va mañana para Dajabón donde dará el primer picazo para la construcción de una verja perimetral fronteriza en esa provincia.

Sería, según lo adelantado, una verja inteligente para la que en el presupuesto de este año hay una asignación de RD$2,000.0 millones.

La construcción de un muro ha sido debatida durante años, lo que para los sectores nacionalistas del patio es asunto de vida o muerte, aunque otros lo objetan con diferentes argumentos.

Pero hay ideas mejores que levantar un muro, que para José Saramago es un retorno a la Edad Media, dar marcha atrás en el tiempo. Una de esas ideas fue plasmada por Pedro Delgado Malagón en un artículo publicado en este diario en noviembre del año pasado.

Esa propuesta de Delgado Malagón es la que rescatamos para poner a consideración de nuestros lectores:

“A fin de cuentas, la realidad y el sentido común proyectan como plenamente frustratorio y fútil el muro en la frontera con Haití. La intuición y la experiencia apuntan al empleo de otros medios. Por ejemplo, en lugar de aquella inexpugnable pared de hormigón armado, pensemos en una regulada y eficazmente custodiada cinta fronteriza con industrias, hospitales y escuelas. El ejemplo está a la vista: miles de haitianos trabajan hoy de manera estable en las industrias de zona franca y en grandes plantaciones del lado dominicano. Todo esto, sin deserciones ni escapes sigilosos.

Tres grandes enclaves se avizoran bajo esta iniciativa: Dajabón, Elías Piña y Pedernales. El Gobierno dominicano debe proveer (la dictadura de Trujillo lo hizo con éxito) viviendas y facilidades urbanas para los funcionarios asignados a la frontera. Será preciso, asimismo, un estímulo económico (acaso 50% de sobresueldo) al personal, civil y militar, alojado en el reverdecido ámbito medianero.

“La frontera con Haití es ahora un territorio inexplicable, hostil, misterioso. Urge despojarlo de brumas y clandestinidades. Sólo si tornamos productiva y útil la línea divisora (sin muros, supersticiones ni tabúes) podremos mitigar esa involuntaria hipoteca histórica que, en todo momento, percibimos en nuestras calles y en las salas de maternidad de nuestros hospitales. Únicamente así”.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas