Para que nadie olvide

En el acto de conmemoración del 57 aniversario del ajusticiamiento del tirano Trujillo, el orador principal Carlos Báez Brugal deploró

En el acto de conmemoración del 57 aniversario del ajusticiamiento del tirano Trujillo, el orador principal Carlos Báez Brugal deploró el relativo poco avance institucional durante el proceso democrático y lamentó que no se juzgara a quienes acompañaron al dictador. Y no se propiciara una investigación que devele los crímenes cometidos como ha ocurrido en Argentina y Chile, mediante la creación de mecanismos investigativos que desentrañaran los horrores. En fin, que la democracia o el sistema político instalado después de Trujillo no muestra signos de avance como se desea y predomina una pobre institucionalidad.

Es quizás una expresión de las frustraciones de amplios sectores que no ven materializar las aspiraciones progresistas más genuinas de más de dos generaciones, después de la tiranía.

Una de las quejas durante el acto tiene que ver con que todavía haya dominicanos que persistan en proponer un “hombre”, en alusión a un Trujillo, que resuelva los grandes problemas, especialmente la inseguridad. Y que aparezcan quienes aplaudan tal proceder, ignorando todo lo que significaron 31 años de oprobio.

Aunque mucho se ha dicho y escrito sobre la dictadura, la realidad es que falta demasiado por decir. Es válido que se difunda todo lo que sufrieron los dominicanos entonces. Es oportuno señalar que las organizaciones, como la Fundación Héroes del 30 de Mayo, tienen una responsabilidad en esa materia.

La misma conmemoración del aniversario de la caída del dictador siempre es una oportunidad para continuar explicando a la población sobre los horrores del trujillato, y lamentablemente, la actividad suele reducirse a un encuentro de los familiares de los héroes y algunos combatientes, cada vez con menos concurrentes.

El 30 de mayo es una oportunidad para recordar y conocer. La fundación, la Comisión de Efemérides Patrias, las demás instituciones que promueven el legado de los luchadores por la libertad, deben recoger el legado, e involucrar a las organizaciones sociales, políticas, los jóvenes y las escuelas para convertir ese día en un acto de conocimiento y de reafirmación democrática.

Tiene que ser una actividad de mayor involucramiento ciudadano para que nadie olvide.

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