Preocupaciones válidas

Pasada la emergencia provocada por Irma, volvemos a la cotidianidad, y con ella, al debate de las cuestiones que forman parte de los desvelos por la institucionalidad.

Pasada la emergencia provocada por Irma, volvemos a la cotidianidad, y con ella, al debate de las cuestiones que forman parte de los desvelos por la institucionalidad. De nuevo, el proyecto de ley que habrá de ordenar la actividad de los partidos políticos, y también la necesaria reforma de la ley electoral 275-97.

La comisión bicameral que discute y trata de alcanzar la aprobación más amplia entre los partidos, ya agotó las consultas, y ahora por fin se convierte en materia de debate interno de los principales partidos.

Ayer el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) animó la discusión con algunos datos interesantes que al momento de decidir sobre el proyecto de ley de partidos deben ser tomados en cuenta.

Julio César Castaños Guzmán relievó el costo económico que implicaría aprobar una ley de partidos que establezca la celebración de primarias simultáneas. Recordó también que la materia ya fue decidida por la Suprema Corte de Justicia, toda vez que cuando se estableció la norma no precisó de dónde saldrían los fondos para financiar su montaje.

Es obvio que al presidente de la JCE le preocupa la aproximación del 2020 sin definir la ley de partidos y la reforma de la ley electoral, y cómo esa cuestión podría incidir en la organización de las elecciones, en un año en que normalmente habría que celebrar las votaciones separadas para elegir a las autoridades municipales, congresuales y nacionales.

No sólo lo inquieta lo económico y la logística. También el procedimiento para la aprobación y el contenido de lo que salga del Congreso Nacional. Y entiende que las leyes tienen que ser el producto del consenso de los partidos y de la sociedad.

Pero todavía en los principales partidos no hay claridad y se discute más en atención a las conveniencias de los grupos que a la vida institucional.

Estamos en una coyuntura especial. Con el tiempo necesario para hacer las cosas bien. Es una reiteración de una preocupación. Los intereses particulares no pueden ensanchar más las diferencias que separan a los actores de la vida nacional, incluso, dentro de los mismos partidos.

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