Dengue tendremos siempre, porque hasta ahora, la ciencia no ha podido descubrir cómo erradicar el mosquito que lo transmite. Tampoco se conoce sobre alguna vacuna que haga inocua una picada del mosquito Aedes aegypti transmisor de la enfermedad.

Esa es una realidad que por ahora no se puede modificar, pero lo que no se justifica es que conociéndose por siempre que el dengue es una enfermedad endémica, es decir, que surge por las condiciones climatológicas del país, igual que en la mayoría de las naciones con climas parecidos, no se adopten las medidas para prevenirlo.

De ahí que resulte alarmante la denuncia del pediatra Jesús Feris Iglesias sobre la baja proporción del presupuesto que se ha ejecutado para prevenir la enfermedad.

Según el médico, de 169 millones de pesos presupuestados para prevenir el dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores, el Gobierno sólo ha ejecutado RD$ 7 millones en los últimos siete meses.

Es sencillamente increíble, cuando el dengue ya ha provocado la muerte de al menos 32 niños, solamente en el hospital Infantil Robert Reid Cabral, donde han sido atendidos más de mil casos.
La cantidad de víctimas difiere de manera acentuada respecto a la reconocida por el Ministerio de Salud Pública, que en violación a la ley guarda como secreto de Estado, cuando se trata de un asunto de interés colectivo.

Dadas las condiciones materiales en que se desenvuelve la población dominicana, un alto porcentaje está expuesto a contraer la enfermedad, porque la fuente está en cada criadero de mosquitos.

Si se tienen los recursos y los profesionales, por qué el ministerio de Salud ha permitido que el dengue se haya expandido para salir a fumigar en los barrios.

Necesariamente hay que pensar que el Ministerio no elaboró un programa de prevención temprana, como se venía haciendo desde hace más de dos décadas, mediante un sistema de información y educación de la ciudadanía, para evitar los picos que se ven ahora.

Admitamos que no estamos en capacidades para desarrollar investigaciones para eliminar el mosquito, pero al menos existen los medios para impedir que hagan tanto daño.

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