Hay países que aún se escandalizan por cualquier banalidad.

España, por ejemplo, atraviesa una tormenta política por unos cuantos euros. El asunto empezó en la pandemia del Covid-19, por comprar mascarillas a sobreprecio y el pago de comisiones al respecto. Luego, por la “adjudicación de obra pública y servicios a determinadas empresas a cambio del cobro de comisiones ilegales, así como del uso de empresas pantalla para blanquear ese dinero”, como que eso fuera una gran cosa. Y, peor aún, disque la investigación no “solo señala a varios políticos socialistas, sino a empresarios vinculados a grandes compañías”, como que eso fuera extraño.

Cuando vemos eso nos sorprendemos de lo lejos que puede llegar una crisis por cualquier quítame esta paja.

Ahora, y como otra muestra del atraso político español, se filtraron unos audios y aumentó la crisis política. En uno de esos audios se menciona la cifra de 60 mil euros como pago corrupto. Sí, 60 mil. Allá eso desata una crisis nacional. Aquí, entre nosotros, eso se lo lleva entre las uñas cualquier mensajero: ¡eso es una chilata!

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha dicho que no convocará elecciones anticipadas y que luchará contra la corrupción dentro de su propio partido. Lo ha dicho con cara seria, como si el país dependiera de ello. Y quizá dependa. Ya varios dirigentes han renunciado a sus cargos partidarios y han entregado sus tarjetas como diputados. Por Dios, ¡qué locura! Y no lo han hecho por orden judicial, ni porque la prensa les haya perseguido hasta el cansancio, sino por vergüenza, por responsabilidad o porque en la política española todavía creen en el costo de la decencia. ¡Qué atraso!

Allá, un audio comprometiendo a un ministro por 60 mil euros provoca portadas, investigaciones serias y debates parlamentarios. Y, más ilógico aún, un ministro del partido de gobierno. Aquí, un expediente bien instrumentado apenas genera un reguero de memes y un par de titulares antes de que el tema sea engullido por otro tema. ¡No ombe!

¡Pobres y atrasados políticos españoles! Parece que solo Pedro Sánchez sabe que la verdadera habilidad está en resistir hasta que pase la tormenta. ¿Que todo puede esperar al viernes, o a que llegue el proceso al Tribunal Constitucional? ¿Que la memoria colectiva es corta y que el olvido es el mejor aliado del poder?

Y eso que en España hay polarización, ruido ideológico, extrema derecha, independentistas y una oposición que no da tregua. Sin embargo, cuando el poder se ve tocado, aún hay gestos de responsabilidad. Aquí no. Aquí se niega todo y se agita la bandera de que “es un expediente político”. Porque aquí nadie renuncia. Más bien se resiste, se demanda si se puede y hasta se repostulan si los dejan. ¡Eso es política!

¡Pobres españoles! Siguen creyendo que hay líneas que no se cruzan. Que la ética tiene sentido. Que el servicio público es eso: servicio. Y que la corrupción es una grieta que debe cerrarse.

¡Qué atraso político el del pueblo español que se escandalizan por sesenta mil euros! ¡Deben aprender de los de aquí, donde esos son “dos cheles” y donde “ná é ná y tó ta bien”!
¡He dicho!

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