En esta semana, el pleno de la Cámara de Diputados tomó la primera resolución para no incluir las tres causales del aborto en el nuevo Código Penal. Esa decisión, adoptada con una votación de 146 votos a favor de la vida y sólo 14 de apoyo a las causales, es el inicio de una nueva jornada de fracaso para los planes de quienes han querido tomar las causales como punta de lanza para la aprobación legal del aborto. Desde el año 2010, los planes abortistas han sido frenados en el Congreso y en la sociedad dominicana. En la Constitución aprobada ese año, los defensores de la vida logramos incluir el artículo 37, donde se dice con claridad que “la vida se respeta desde la concepción hasta la muerte”. En los gobiernos del PLD, se intentó incluir las causales en el Código Penal, pero en tres ocasiones el Congreso votó por la vida y las rechazó. En esas ocasiones, tanto Leonel como Danilo, siendo presidentes, de forma equivocada y con escasa visión política vetaron la ley. Por ese error de los dos gobernantes peledeístas, hasta el día de hoy no tenemos un Código Penal moderno.

En los momentos actuales todo apunta a que las cosas serán diferentes, pues el presidente Luis Abinader ha entendido la situación al decir que respetará lo que decida el Congreso. Esto significa que cuando los diputados y senadores, de forma mayoritaria, aprueben el Código Penal sin incluir las tres causales, el presidente Abinader actuará con sentido de la historia y no vetará la ley, evitando repetir el grave error cometido por Leonel y Danilo.

Esta decisión de rechazar las tres causales del aborto por parte de la Cámara de Diputados, desde mi punto de vista, tiene tres grandes protagonistas. El primero es el presidente histórico de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, y el segundo es el presidente de la Comisión de Justicia, Alexis Jiménez. Ambos entendieron que para poder aprobar el nuevo Código Penal, era necesario no incluir en el mismo un tema que, como las causales, tiene dividido el país. Ambos legisladores, Pacheco y Jiménez supieron valorar el signo de los tiempos y actuaron en consecuencia.

La otra gran protagonista fue la diputada Betty Gerónimo, una mujer de Dios, quien con una valentía fuera de serie, habló en el hemiciclo desde su corazón de madre, de seguidora de Jesús, de mujer que tiene dos hijos vivos gracias a un milagro de Jesús. Betty habló con firmeza y con amor. Con fe y con decisión. Le mostró a los diputados la sencilla verdad de que nadie tiene derecho a matar a un niño fruto de una violación, porque él no es culpable de eso. Que nadie tiene derecho a dar orden de matar a un niño porque tenga malformación, pues son muchos los casos de hijos así que viven, y aportan mucho amor y alegría a sus familias y a la sociedad.

El testimonio de Betty fue directo a los corazones de muchos diputados y de toda población. Se hizo viral en las redes y se hizo palabra de fe que transformó criterios y corazones. Gracias, Betty, por tu valor y tu firmeza. La lucha por la vida continúa.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas