Luego de que se dieran a conocer los resultados de las elecciones municipales del domingo, sectores de la oposición política han insistido en mencionar la alta abstención electoral registrada en el proceso como una de las principales causas de la abrumadora derrota recibida. Esa puede ser una de las razones, pero asignarle demasiado peso a ese hecho puede ser una forma de evadir lo que se impone en casos como este, que es iniciar un proceso de reflexión y autocrítica. Además, los perdedores deben ver la abstención no solo como una causa de los resultados, sino como una consecuencia de una serie de fenómenos.

Posibles motivos

Lo más evidente es que las elecciones municipales no atraen tanto a los electores como las presidenciales. Si a esto se agrega que la gente ya sabe que en tres meses tendrán la oportunidad de votar para definir la presidencia de la República, es posible que algunos decidan postergar su viaje a las urnas, y dar uno solo. Los candidatos presidenciales, aun sin quererlo, quizás contribuyeron a infundir ese ánimo en los electores, debido a que se convirtieron en protagonistas en esta campaña, al punto de que a veces opacaron a los candidatos a alcaldías que estaban apoyando. Otro hecho que pudo haber influido en los votantes es que la ventaja del PRM era algo que muchos percibían, primero porque era y es real, y segundo porque el mismo partido oficialista y sus estrategas se encargaron de alimentar esa percepción, con la difusión de resultados de encuestas. Eso pudo haber desmoralizado a muchos electores que iban a votar por la oposición, e incluso desmotivar a otros simpatizantes del Gobierno, que podían entender que todo estaba definido.

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