La enfermedad de Newcastle es una enfermedad viral de importancia en la especie avícola que puede afectar a por lo menos 236 tipos de aves y que es muy contagiosa. La afección es esencialmente respiratoria pero los signos clínicos predominantes pueden ser manifestaciones nerviosas y diarrea.
Se produce por un virus que puede sobrevivir por varias semanas y se propaga rápido, principalmente a través del contacto entre aves sanas y aves infectadas.

Los pollos son particularmente susceptibles y pueden experimentar tasas de morbilidad y mortalidad de hasta el 100%.

Esto es un problema de avicultura mundial desde 1926. Diversos países desarrollados se mantienen libres (mediante la eliminación de focos de infección) de las formas altamente virulentas, como Estados Unidos, Canadá, y algunos países europeos. En varios países latinoamericanos se ha podido erradicar parcialmente como en Brasil, Argentina, Chile y Costa Rica, pero en otros, como Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador esta enfermedad es endémica.

Es por esto que la mayoría de los países han diseñado planes para combatir el Newcastle e incluso han legislado al respecto.
Por ejemplo, Paraguay inició por decreto un programa de erradicación de la enfermedad en 1998 que establecía procedimientos a ser implementados como la vacunación, fiscalización, registro de propietarios, notificación de casos clínicos, diagnóstico, transporte de aves, certificación sanitaria y vigilancia epidemiológica. Posteriormente, se declaró libre de Newcastle en el 2000.

Colombia en 2014 creó por resolución un programa de control y erradicación del Newcastle con miras a garantizar zonas libres de la enfermedad.

En Perú se dictó un reglamento de control de Newcastle en 1994. Lo mismo hizo Bolivia en 2007. México, por otro lado, ha tenido éxito parcial con la erradicación de la enfermedad en algunas regiones.

En República Dominicana, el Ministro de Agricultura, Osmar Benítez atribuyó ayer a un brote del virus del Newcastle la muerte de pollos y gallinas que denunciaron varios granjeros en Moca con presuntas pérdidas de 300 millones de pesos.

Dadas las características del consumo en países como el nuestro la ocurrencia de un brote afecta la seguridad alimentaria por la disminución de la oferta de las fuentes de proteína más accesibles como el pollo y el huevo, además del incremento de precios posterior a una disminución de oferta frente a una misma demanda.

Las autoridades deberían jugar un rol más activo en el seguimiento de los planes de vacunación y realizar alianzas estratégicas con los sectores productivos para diseñar medidas para el control y erradicación de la enfermedad.

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