Un Estado efectivo es una gran contribución a la sociedad donde actúa. Eso así porque está en capacidad de aportar significativamente a la mejor solución de problemas tan importantes como la salud, la integridad física y la propia vida a partir de la seguridad ciudadana; la calidad de la educación con sus tan positivas derivaciones en tantas vertientes; y así también en otras más de las tan diversas áreas en que ha de actuar el Estado hacia un mayor nivel de vida de la población.

Considerar al Estado en cuanto organización no es generalmente como se enfoca; pero de entenderlo así y desde la Administración Científica ha de implicar más que verlo desde “los vericuetos de la política”, como un gran salto de avance hacia otra dimensión de la política. Entendiendo y no debemos de dejarlo de repetir que el punto de partida ha de ser haber logrado un Estado democrático y transparente o al menos en un serio camino hacia tales propósitos.

No hay forma de concebir el Estado efectivo al margen del conjunto de factores que lo hacen posible, no es posible segregar uno de ellos al margen de un enfoque sistémico. Por lo que no se puede hablar seriamente de control si no se dispone de una planificación que integre el componente estratégico (misión, visión, valores, programas de objetivos) y el componente operativo (programa de objetivos, programa de actividades y programa de tareas y subtareas) con su correspondiente sistema de seguimiento. Un sistema de seguimiento desde lo más básico en cuanto a las tareas y subtareas, pero concebidas y puestas en ejecución a partir de las actividades a las que tributan y de estas a los objetivos hasta la misión, visión y valores.

Las funciones propias del control del Estado como organización en adición a lo anterior han de partir además de una bien concebida estructura orgánica, de una apropiada dirección, gestión humana, procesos y gestión total de calidad. Con las facilidades que para hacerlo realidad en cuanto a sistema se logran a partir de los avances de las Tecnologías de Información y Comunicación-TIC-.

El control en un Estado efectivo y por lo tanto eficaz y eficiente es parte de ese enfoque holístico a partir de una precisa selección de los objetivos y la garantía de lograrlos de forma óptima.

El Estado ha sido motivo de no pocos sueños, movimientos de variados y hasta muy mezquinos intereses; por lo que el control a partir de lo referido es un preciso camino hacia un Estado efectivo y de ahí una ruta segura hacia una mejor humanidad.

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