El proceso inflacionario que se está desarrollando en nuestro país está llegando a niveles de alta preocupación. El Banco Central ha informado que la inflación anualizada de mayo del 2020 a mayo del 2021, fue de 10.5 %, un nivel que no se había alcanzado desde hace más de 10 años.

Los efectos del covid en términos de salud han sido devastadores y el hecho de que haya frenado la economía, ha traído muchas consecuencias negativas no solo para la salud, sino también para la economía. Hasta el mes de junio el covid ha provocado casi 4 millones de muertes y cerca de 200 millones de infectados. Pero, si no se sabe manejar bien la economía, las consecuencias en la población mundial y en la República Dominicana, serán más devastadoras.

El gran reto de la economía mundial, y muy especialmente de la dominicana, es lograr una recuperación y crecimiento lo más rápido posible. Los organismos económicos internacionales han establecido con claridad que los dos continentes más duramente afectados por los efectos económicos de la pandemia serán Africa y América. Si no se toman medidas correctas en estos dos continentes, el incremento de los niveles de pobreza, de marginalidad , de desempleo, de inflación y de exclusión social, provocarían más muertos y afectados que el covid.

Para dinamizar la economía, el gobierno de Luis Abinader está enfrentando dos grandes retos en estos momentos. Uno es la vacunación y el otro la inflación. En cuanto a la vacunación, las cosas van muy bien, sobre todo por la gran solidaridad que ha tenido la República Popular China con donación y ventas de vacunas. Para la dinamización y fortaleza del turismo, ampliar el proceso de vacunación y lograr la inmunización colectiva es vital. Pero, en cuanto a la inflación, es decir, la subida diaria de los precios de artículos y servicios, el gobierno parece que está “atrapado y sin salida”.

El proceso inflacionario está tocando todas las áreas de la sociedad dominicana. Y eso está afectando seriamente la imagen del gobierno y, en especial, la del Banco Central, que es la institución que tiene como una de sus funciones principales “contrarrestar toda tendencia inflacionaria”. El Banco Central ha tomado todas las medidas monetarias correctas y convenientes, pero el área fiscal y los ministerios de Economía y Hacienda andan por un sendero diferente, frenando los efectos positivos de las medidas monetarias.

Todos estamos conscientes que la inflación es el resultado del incremento de los commodotties (materias primas) a nivel mundial, pero también de la no aplicación de políticas económicas correctas. Eso es lo que explica que nuestro nivel de inflación anualizado esté por encima de un 10 %, mientras que países como Colombia, a pesar de la pandemia y las huelgas, alcanzó una inflación de 3.3% interanual, Perú sólo 2.45 %, Chile 3.7%; Honduras 4.8 % y Guatemala 5.2 %.

El gobierno debe definir con claridad un plan antiinflacionario y ejecutarlo rápidamente. Debe incluir en ese plan el mantenimiento de las ayudas sociales, el apoyo a los productores agropecuarios, no permitir la importación masiva de productos y ampliar el apoyo económico a las pymes. De lo contrario, las nubes de grandes conflictos sociales se ven muy cerca en el cielo dominicano.

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