Cuando en aquel octubre de 2019 nos separamos del Partido de la Liberación Dominicana, por razones de todos conocidas, y nos lanzamos a la formación de un nuevo partido, fueron muchos los obstáculos que encontramos desde el poder político para lograr que la alianza que pactamos con el Partido de los Trabajadores Dominicanos, que generosamente nos sirvió de marco legal, fuera finalmente reconocida y aceptada por las autoridades electorales.

Faltaban pocos meses para las elecciones municipales y generales de 2020 y con arrojo y valentía nos dispusimos a participar en ellas, aliados con otras fuerzas políticas y con candidatos propios en varias jurisdicciones y a nivel presidencial, y aunque pudiera parecer increíble logramos la hazaña de pasar del puesto 18 en la boleta electoral al número 3, o sea, la de ser el tercer partido más votado en las elecciones de mayo de ese año.

Pasados los comicios desde la dirección nacional provisional nos dimos a la tarea de organizar y sentar las bases para crear la estructura nacional, provincial y municipal del nuevo partido, pero tuvimos que hacerlo bajo la crisis sanitaria de la pandemia de la Covid-19 que había obligado a la paralización de todas las actividades en el país.

¿Cómo hacerlo si los ciudadanos estaban obligados a permanecer en sus casas, sin la posibilidad de convocarlos a reuniones y de congregarlos en asambleas deliberativas? No nos arredramos y recurrimos a la tecnología para establecer comunicación y contactos con los compañeros que iban engrosando las filas de la organización hasta poder convocar a un congreso constitutivo que llevó a cabo sus deliberaciones y votaciones para elegir su dirección nacional y aprobar los estatutos con el uso de una plataforma digital.

Vuelto el país a la normalidad la Fuerza del Pueblo se dispuso a construir un partido organizado, con direcciones de base, intermedias, municipales, provinciales y de circunscripción y a llevar su mensaje de justicia social a toda la población, mientras lanzaba un programa de conquistar para el partido un millón de afiliados.

Se diseñaron etapas con metas específicas que debían ser cumplidas y la secretaría de organización daba un seguimiento de los objetivos y rendía semanalmente cuentas a la dirección política, que corregía el rumbo si era menester.

En ningún momento nos desviamos de nuestro objetivo ni nos apartamos de la línea política trazada de ejecutar ante el Gobierno una oposición constructiva, y eso, a pesar de voces insistentes y desesperadas que reclamaban por los medios y redes sociales una mayor agresividad en la política nacional.

Paso a paso, sin desviarnos de la línea trazada, alcanzamos el objetivo acordado y establecimos la nueva meta de un millón y medio de afiliados, con un plan de acción que nos condujo en el tiempo preciso que habíamos acordado a ser más críticos y exigentes con el Gobierno, a alzar nuestra voz en defensa de los intereses de los más necesitados, a reclamar y proponer soluciones en los más variados temas de la agenda nacional, para lo cual habíamos creado cincuenta secretarías encargadas de estudiar a nivel técnico la realidad nacional.

Terminamos el año 2022 con el número de afiliados que nos propusimos, con presencia en todo el territorio nacional y convertidos en el principal partido de oposición; logros que motivaron a que en algunos medios se alegara que la Fuerza del Pueblo gozaba de la ventaja de contar con un líder conocido, tres veces presidente de la República, pero que carecía de estructura a nivel del país.

La multitudinaria marcha del 1 de mayo para protestar contra el costo de la vida y la inseguridad ciudadana cambió la percepción que se quiso implantar desde las esferas del poder y desde algunas organizaciones rivales. Leonel Fernández no estaba solo en el escenario, como se afirmaba, tenía un ejército de militantes y simpatizantes que lo respaldaba y sostenía como el principal candidato opositor para enfrentar al gobierno en los comicios de 2024.

En este año preelectoral la Fuerza del Pueblo se ha trazado como meta llegar a los dos millones de afilados para el mes de septiembre, y tan pronto la ley autorice el inicio de la precampaña presentar ante el país a miles de compañeros y compañeras que competirán para ser elegidos como candidatos con miras a las elecciones municipales de febrero próximo.

La fortaleza que muestra la Fuerza del Pueblo es impresionante, y todo apunta, según afirman los analistas de opinión pública que las elecciones de mayo venidero se polarizarán entre el PRM y la Fuerza del pueblo, y como es de esperarse, esta concentrará todos sus esfuerzos en reclamar la solución de los problemas más acuciantes del país y en resaltar la necesidad de una segunda ola de transformaciones que den continuidad a las implantadas por los gobiernos de Leonel Fernández.

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