Este año pasamos por tres procesos electorales, habiendo sido el segundo, las elecciones municipales, un fracaso total. Las elecciones del pasado 16 de febrero generaron tantas dudas en el sistema que debió hacerse una campaña para restaurar la confianza en los actores y que éstas pudieran celebrarse de nuevo, así como las presidenciales.
Debido a que las elecciones presidenciales salieron bien y ninguno de los actores las cuestionó, lo que sucedió en las anteriores se ha olvidado y parece que a los miembros de la JCE no se le pedirá rendición de cuentas, y que todo se quedará, entre otras cosas, en la no renuncia del señor Saladín, en algunas declaraciones alegres, o en lo dicho por el presidente de la JCE, cito de memoria, “ah, ya yo sé lo que sucedió, fue que no se hizo auditoria en todos los procesos” o “aquí no hay logaritmo ni método del ritmo”, declaración dicha con tal desparpajo como si los ciudadanos no mereciéramos el mínimo respeto. Ahora sale a relucir que las municipales fueron forzadas a cancelarse. ¿Ese es el temple de dichos funcionarios?
En la entrevista al señor José Angel Aquino frente a la comisión senatorial encargada de preseleccionar los próximos integrantes de la JCE, éste dijo que, transcribo del video en YouTube: “existe un principio en derecho electoral que se llama Principio de Unidad Electoral, eso quiere decir, que todos los ciudadanos y ciudadanas tienen que tener la misma información al momento de ejercer el sufragio. Si usted ha convocado unas elecciones municipales y suspende solamente en una parte y deja la otra realizándose, usted crea ese desequilibrio que vulnera ese principio de unidad electoral… Cuando uno es miembro de la Junta Central Electoral la responsabilidad no es de los técnicos…” Más adelante a pregunta del senador por San Cristóbal dijo que “a partir de la década del 2000 en América Latina los órganos electorales tienen que ser ejecutivos, y ser un órgano electoral ejecutivo quiere decir que usted tiene que tener un control completo del proceso, y que no puede justificarse que tal o cual aspecto del proceso sea responsabilidad de otra persona, pues no lo asuma… En el mundo de hoy, ser administrador es darle seguimiento a todos los procesos… porque el responsable es usted, el responsable no es el técnico”.
Hasta ahora el único al que hicieron responsable y el que pagó las habas fue al director de cómputos, que por lo dicho por el señor Aquino, no lo es, mientras los miembros se retirarán a disfrutar de una buena pensión por 4 años de servicios y los ciudadanos deberemos pagar los platos rotos que significaron miles de millones de pesos más toda la incertidumbre creada. ¿Deben responder los funcionarios en lo penal y civil cuando en el ejercicio de sus funciones cometen fallos tan garrafales?
Como estamos acostumbrados a buscarle la quinta pata al gato, aclaro que no tengo absolutamente nada personal contra los miembros actuales de la JCE, a su favor digo que fui alumno del señor Castaños en cursos de la Iglesia Católica y mantengo una relación de amistad con Carmen Imbert.
Soy un ciudadano que trata de contribuir a tener un mejor país en todos los aspectos para todos, pero mientras dejemos pasar acontecimientos como estos sin consecuencias para los responsables y culpables, será difícil alcanzar tal propósito. Se repite hasta la saciedad que uno de nuestros males crónicos es la impunidad, ¿se inscribirá este tema dentro de la misma?
Para construir ese mejor país, en la posición que estemos, debemos esforzarnos por cumplir las normas de convivencia, normas y leyes; siempre he pensado que los que hemos tenido la oportunidad de estudiar y progresar, tenemos mucho mayor responsabilidad que el común de los ciudadanos, lo invito amigo lector a sumarse a esta forma de actuar.
