La adaptación rápida a los cambios se ha visto siempre como una virtud en el ser humano. ¿Por qué de esto? La respuesta es simple, debido a que la llamada vida humana no es un continuo de felicidad o infelicidad o de estabilidad e inestabilidad, afortunadamente, no lo es…  Por lo contrario, el itinerario de la vida es complejo, con sus encuentros y desencuentros, amores y desamores, en fin…. En veces, nuestro propio ecosistema hastiado por la contaminación se revela provocando desastres naturales de enormes proporciones… y para qué decir de las desviaciones en la mente de algunos llamados hombres que conllevan excesos que infringen todos los cánones morales de convivencia imaginables…, es por ello, por lo que nuestra existencia se ve sometida constantemente a pruebas complejas a través de cambios extremos y por siempre imprevistos, dicen…  lo que nos es muy cierto…, porque en las mentes únicas de algunos escritores a lo largo de la historia de la humanidad han logrado visualizar las plagas y cambios en los sistemas políticos que nos afectarían sin piedad alguna, con el devenir del tiempo …

Según la revista Plos Pathogens de la universidad de Kent (Inglaterra) es el viernes 17 de noviembre de 2019, en la ciudad de Wuhan, China, donde se detecta por primera vez el virus SARC-COv-2, organismo de estructura sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de las células vivas específicas, utilizando su propio metabolismo, según definición de la Real Academia Española (RAE) todo esto en cuanto al Coronavirus.

Quizás, el cambio más cruel que ha experimentado el hombre a consecuencia del Coronavirus se encuentre en nuestro comportamiento afectivo. Esta ínfima alimaña, despertó en nosotros la paranoia del temor y sin lugar a duda, de manera muy mezquina, nos hizo saber y por cierto así fue, el que estar en compañía con otros individuos de nuestra propia especie, para entonces ya sumidos por la evolución sofista del mundo 2.0, donde se han antepuesto las genuinas expresiones de afecto, el apretón de manos, y el abrazo… que tanto bien hacen en el intangible de la llamada alma, por caritas inmateriales que fluyen a una densidad infinita (miles de millones) por segundos, carentes de todo contacto humano misericordioso, nos provocaría la muerte.  Que crueldad a la que hemos estado sometidos. ¿Cuántos seres queridos hoy no están a nuestro lado? Y todo por un supuesto yerro humano en algún laboratorio de la recóndita provincia de Wuhan en la milenaria China…

Ni en la mente de ese genio del relato de ciencia ficción, James Graham Ballard (JG Ballard, Shanghái, Tratado Internacional Británico 1930-Londres, Reino Unido 2009) en su cuento La Sequía (1964), no alcanzo a visualizar lo que afectaría en el futuro a la colonia de individuos que habitan un pequeño, remoto y enfermo planeta, llamado: Tierra.

No solo el sistema sensorial del ser humano se ha visto afectado, por estas nuevas condiciones de vida, sino también la industria en todos sus procesos, secuela de la reclusión forzada de los seres humanos, que les impidió acudir a sus lugares de trabajo con normalidad, resiente la escasez de materias primas y componentes para mantener en operación la cadena de producción para suplir de las necesidades básicas que el hombre requiere para su subsistencia.

A la falta de oferta en los bienes esenciales… junto a los altos costos en el trasporte de carga marítima internacional, se dispara el detonante del veneno conocido como inflación.  La Inflación Acumulada Global desde el mes de enero de 2020 a diciembre de 2021 paso de 1.9 % a nada menos que 3.5 %, prácticamente se duplico en un año calendario, y para finales de período la predicción se encuentra cercana al 7 %, según indicadores del Banco Mundial. Es decir, en un periodo breve de tiempo, tres años, la inflación acumulada se ha triplicado. No hay economía nacional ni bolsillo familiar que pueda hacer frente ante esta -Tormenta financiera-.

A este indeseado contexto económico, producto en un inicio del virus SARC-COv-2, se suma a este revés financiero, desde el mes de febrero del presente año, la invasión de Rusia a Ucrania, lo que incide de manera negativa en el mercado de los combustibles fósiles, específicamente en el estable y seguro precio final del gas natural proveniente del dominio de los zares.

Y, ¿porqué de esto?, debido a la aguda estrategia militar en el orden económico de Rusia en este conflicto, al utilizar los cortes sistemáticos de gas natural a sus clientes en el continente como nuevo elemento bélico, conocido bajo el concepto: El gas natural es el nuevo “invierno ruso” como elemento bélico…

Obviamente, que esta inteligente (maquiavélica) estrategia por parte del gobierno imperial de Rusia ha profundizado la crisis económica a niveles sin precedentes en la historia contemporánea, acelerando el proceso inflacionario de tal manera que tiene en jaque a las haciendas del conjunto de naciones casi en su totalidad, (debilitadas por los gastos extraordinarios (emisión de deuda pública) a través de subsidios e inversiones en el sector salud destinados a sobrellevar los tiempos de pandemia) que deriva a la frágil economía de cientos de millones de familias alrededor del mundo, que se ven imposibilitadas de hacer frente a sus compromisos financieros básicos, pago de la factura por consumo de electricidad, liquidaciones en los compromisos hipotecarios, etcétera, etcétera, etcétera…

No cabe duda, sobre la preocupación que alternan las autoridades políticas con relación a la actual crisis económica, que es impostergable y necesario acudir a medidas de emergencia para hacer frente ante esta insostenible situación económica, sin embargo, estas acciones políticas en materia financiera deben contar con racionalidad objetiva, sobre el verdadero origen de la crisis, el proceso inflacionario actual es fruto de las secuelas de la pandemia y del reciente conflicto bélico.

La invasión rusa a Ucrania ha incidido directamente en el mercado del gas natural produciendo una disrupción en sus precios debido a una restricción estratégicamente planificada en la oferta.

Visto esto, la industria eléctrica no tiene responsabilidad alguna directa en el trasfondo de la crisis económica actual (tampoco la tiene la autoridad política) por el contrario, es una de las partes más afectada del contexto debido a que sus costos de producción se han incrementado de forma exponencial. Una intervención financiera a la industria eléctrica a partir de un Cap-price, quizás, no es la medida económica más inteligente, debido que ellos (la industria eléctrica) no tiene ninguna herramienta que pueda influir sobre el precio del gas natural. Este es un tema gubernativo, donde los políticos son los responsables directos de encontrar mecanismos de solución a la coyuntura.

En este sentido, en voces de algunos personeros de gobiernos europeos han ventilado propuestas válidas que tienen el objetivo de contribuir al auxilio del suministro eléctrico tanto a la población como la industria, sin aventurar, primero la paz social y segundo la salud financiera del sector energético, que podría conllevar un efecto domino a otros sectores de la economía, sobre la base de garantías estatales, lo que pudiese ser una de las alternativas lógicas en estos momentos.

Finalmente, hay que tener mucho cuidado con el llamado -all in- de toda la capacidad instalada de generación eléctrica al sistema, en particular en lo que se refiere al parque nuclear, hay muchas centrales en Europa que no han despachado por años, se desconoce su condición actual.  Insisto aquí hay que ser extremadamente precavidos, no hay que mirar mucho atrás: …-un reporte elaborado de su visita, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo que los ataques de artillería en los alrededores de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa deben cesar de inmediato.

“Esto requiere de un acuerdo de todas las partes pertinentes para el establecimiento de una zona de protección” alrededor de la planta, dice el reporte.  “Estamos jugando con fuego, y podría ocurrir algo muy, muy catastrófico”, advirtió Rafael Grossi, director general del OIEA ante el Consejo de Seguridad de la ONU, días después de encabezar una visita de inspección a la planta. (Los Ángeles Time, en nota suscrita por Hanna Arhirova de Associeted Press, del día 6 de septiembre de 2022) los sucesos para darse cuenta de los riesgos que esta acción conlleva, lo peor, que pudiera suceder es retrotraer a la actual crisis a otro horror como nos los han descrito los grandes escritores de ciencia ficción del siglo pasado.

Como epílogo a estas reflexiones, en la búsqueda de que la sabiduría y sensatez se imponga ante el imperio de la destrucción, en un llamado de clemencia a los dioses, en un inchallah de súplica, es mi deber recordar que China, el aliado olvidado de Occidente durante la Segunda Guerra Mundial fue uno de los factores determinantes para poner fin al conflicto. Ahora, por igual, a China, esta indeseable coyuntura económica le está causando agujeros financieros de consideración en su hacienda pública, ojalá, que, por necesidad o sentido común, el gigante económico de Oriente despertase y utilice la llave extraordinaria que su poderío económico y político le confiere para encontrar una salida definitiva a esta situación que está haciendo estragos en la economía global.

Fuente: Germán Toro Ghio

@germantoroghio Karlstad, Suecia

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