Los procesos políticos, especialmente en la etapa electoral, traen muchas pruebas, particularmente situaciones imponderables, y también aliados que se convierten en incómodos compañeros de viaje. Pasó antes, pasa ahora y volverá a pasar. Son pruebas a la paciencia y a la capacidad política de los dirigentes determinados a alcanzar el poder.

Por ejemplo, Hipólito Mejía fue un incómodo compañero de trayecto político para Luis Abinader en su etapa de dificultades para llegar a la presidencia.

Para muestra, dos botones. En las elecciones de 2016, cuando apenas faltaban días para las votaciones, visitó uno de los proyectos que desarrolló Danilo Medina y se fue en elogios al punto que dijo que le recomendaría a Abinader que lo continuara si llegara a la presidencia. A veces daba la impresión de preferir a Medina y no a Abinader.

Para las elecciones de 2020, cuando Abinader y el PRM decidieron firmar una alianza con 12 partidos de oposición, Mejía la criticó públicamente. No caer en las provocaciones de Mejía ha sido una de las pruebas políticas que el presidente Abinader ha pasado con notas sobresalientes.

En el sentido contrario, el propio Mejía es ejemplo de cómo no supo manejar a un incómodo compañero de viaje que fue Miguel Vargas para él en las elecciones de 2012. Vargas aseguró que Mejía lo derrotó en la convención por un fraude electoral con la ayuda del PLD.

Mejía no supo conquistar a Vargas y en lugar de complacer sus requerimientos para integrar a la campaña a un dirigente que obtuvo casi la mitad de los votos en esas primarias, lo que hizo fue denostarlo en público y en privado. Mejía arrancó la campaña electoral con amplia ventaja frente a sus competidores, pero perdió por apenas 3%.

En la actualidad, a la FP y Leonel Fernández les toca transitar lo que les queda de camino hasta las elecciones de mayo, con unos aliados políticos que lucen incómodos. Que los pueden sorprender con cualquier tipo de ocurrencia. Les toca aplicar inteligencia política y emocional. Parece que por ahí va Leonel a juzgar por el piropo que lanzó a peledeístas en un mitin en Azua. “Me alegra ver las banderas del PLD, eso facilita el triunfo”, dijo.

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