La primera ronda del diálogo en el CES sobre el impacto de la crisis haitiana en el país, brilló por la ausencia de los representantes del Gobierno. La foto que se difundió de la fila de sillas vacías que habían estado reservadas para los representantes del oficialismo, es bien elocuente.

El ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, estuvo en la primera fila entre los asistentes, pero el presidente del PRM no forma parte de ninguna de las mesas de discusión. De un total de 12 convocados del Gobierno, fueron identificadas tres asistencias y llegaron tarde. El ministro de Trabajo, Eddy Olivares y el viceministro de Industria y Comercio, Monchy Pérez Fermín y un representante de la Cancillería, que los integrantes de la mesa no conocían.

En lo que queda del diálogo, se podría reparar el asunto si es que se trató de un error, pero dice un dicho popular que la primera impresión jamás se olvida, aunque no siempre es así.

Entre los detalles que salieron a relucir, también se supo que hubo un encontronazo entre los representantes del expresidente Hipólito Mejía y del Gobierno, todos del PRM.

A pesar del desplante, se supo que el PLD no expresó molestia ni críticas y que en el lenguaje no verbal de sus representantes se podía leer que se sentían cómodos. El PLD le está dando un manejo político correcto a la convocatoria del CES, pues está en tercer lugar y si mueve bien sus fichas en el contexto de 2028, podría sacar una gran tajada y amplia ventaja de la pugna PRM-FP.

Los representantes de la FP, Dionis Sánchez y Manolo Pichardo, expusieron la ausencia del gobierno y luego circuló la foto. Del lado de la FP se supo que la mayoría no está de acuerdo con asistir al CES, incluso los propios delegados de la organización en las mesas de debate, pero lo hacen por disciplina partidaria.

Ya que decidió meterse en la boca del lobo, la FP debe cuidarse de no quedar atrapada entre el PLD y el PRM, porque ahora mismo es como un rehén.

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