Hoy se cumplen 15 días de explosión en San Cristóbal; se espera informe
Hoy se cumplen 15 días de explosión en San Cristóbal; se espera informe

Hace más de un mes de la explosión ocurrida el lunes 14 de agosto en San Cristóbal que provocó una tragedia que dejó 38 personas muertas. La víctima mortal número 38 es Carlos Jovany Veras que, según los reportes periodísticos, falleció tras enterarse de que su esposa había muerto. La dama murió el mismo día de la explosión.

A un mes, las autoridades responsables de la investigación no han dicho nada concluyente sobre qué originó la explosión que tuvo consecuencias tan fatales para esa provincia y conmocionó al país.

Lo triste es que al parecer San Cristóbal no le duele a nadie. Ningún representante legislativo, municipal ni personas con posibilidad de que su voz sea escuchada, se levanta para que se explique qué provocó la tragedia. Da la impresión de una complicidad total para que ganen el silencio y el olvido.

La muerte de 38 personas, sin que se haya explicado nada creíble aunque sea por respeto al país, las víctimas y sus familiares, tampoco les duele a los que han marchado “por el fin de la impunidad”.

¿Acaso no es impunidad que 38 personas pierdan la vida en una explosión y siquiera se diga por qué ocurrió? La vida de una sola persona vale más que todos los actos de corrupción por los que muchos alzaron la bandera “del fin de la impunidad”.

El silencio de esos grupos los desnuda. Su interés nunca fue para mejorar el sistema de justicia.
Si quienes administraron la justicia antes, la utilizaron para encubrir actos dolosos con los recursos públicos, los que la reclamaron para el “fin de la impunidad” en realidad la enlodaron más solo para saciar sus deseos de alcanzar un trozo más grande del pastel del Estado. El tiempo habla, claro y fuerte.

Incluso, el propio gobierno reivindica que llegó el “fin de la impunidad”. La meta de alcanzar el desarrollo de un país no se limita a mejorar las condiciones materiales de sus ciudadanos. El valor que se otorga a la dignidad del ciudadano es un indicador incuestionable del atraso de un país.

A los reclamantes del “fin de la impunidad” la política se los llevó, como al grupo de abogados y ahora tomaron esa misma ruta un grupo de nacionalistas !Válgame Dios!

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