Recientemente en el portal Concursa del Ministerio de Administración Pública se han ofertado por primera vez posiciones de trabajo para personal de salud, con una pestaña específica y, separada de la carrera administrativa, identificada como “carrera sanitaria”.
Con 254 perfiles distintos que suman alrededor de mil plazas para todo el país, sólo se contemplan profesionales de servicios asistenciales como cirugía, anestesiología, medicina general, ginecología, medicina interna, emergenciología, medicina familiar, cirugía ortopédica y traumatológica, entre otras áreas.
Esta iniciativa parece responder a lo establecido en la Ley No. 395-14 de Carrera Sanitaria, la cual pauta un proceso de concurso-oposición para la selección de profesionales cuyos requisitos para participar varían según el perfil basada en los principios de igualdad de oportunidades, mérito, capacidad, idoneidad y eficiencia en el desempeño de las funciones públicas con el fin de mejorar la calidad de atención y garantizar una gestión eficiente de los servicios de salud en el país. De esta ley, se desconoce el reglamento de aplicación, del que solo hay una nota de prensa anunciando su entrega al poder ejecutivo
A pesar de que los perfiles profesionales que se benefician de la Carrera Sanitaria incluye a todos los Recursos Humanos que desarrollan actividades de servicio sanitario en las instituciones de salud de la red pública de todo el país, en las áreas de regulación sanitaria; gestión clínica y administrativa; provisión de servicios; docencia; investigación; y salud comunitaria, con el lanzamiento de estas postulaciones en el portal solo se beneficia a los profesionales de medicina y especialidades de servicios asistencialistas. ¿Dónde quedan entonces los epidemiólogos o salubristas y otras posiciones claves para las funciones esenciales de la Salud Pública?
La gestión de la Carrera Sanitaria le corresponde principalmente al Ministerio de Salud Pública, que también ejerce la rectoría del Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, en el concurso no se incluyen profesionales con los que el sistema de salud debe contar para dar respuesta a través del análisis de las evidencias a problemas tan estructurales como el embarazo en adolescentes, la mortalidad materna e infantil, el control de enfermedades, la promoción de la salud, protección financiera de la población y el análisis de equidad para la cobertura universal. Los métodos epidemiológicos han sido cruciales para identificar factores etiológicos que, a su vez, sustentan la formulación de políticas de salud eficaces para la prevención de enfermedades, lesiones y muertes prematuras.
Esto significa que el Ministerio de Salud, y por tanto el Estado, no contará con los Recursos Humanos especializados y competentes para enfrentar los que históricamente son varios de los principales desafíos del sistema de salud después del proceso de reforma.
En el Informe Anual de Monitoreo del Plan Plurianual del Sector Público, uno de los Resultados Estratégicos para el Ministerio de Salud Pública es el siguiente: “Implementadas las Políticas de Recursos Humanos en Salud de Acuerdo a las Necesidades del Sistema y del Territorio”. El indicador para la medición de este resultado estratégico es el “porcentaje de estrategias implementadas para la planeación de los recursos humanos en salud, según necesidades territoriales” y el resultado que muestra el informe es revelador: “Dato no Disponible en el 2021”.
De hecho, el Informe de Monitoreo establece que el Producto que debería arrojar ese Resultado Estratégico es que el Sistema Nacional de Salud disponga de un “sistema de gestión de Recursos Humanos para la atención de necesidades territoriales con base en perfiles epidemiológicos”, pero allí también el resultado es desalentador, pues la Ejecución Física se muestra “Sin información”.
Estos resultados reflejan que la institución rectora de la Salud Pública padece profundas debilidades en su función de procurar el fortalecimiento de la capacidad del sistema de salud.
Hace poco el director de Epidemiología del Ministerio de Salud afirmaba la necesidad de al menos 500 profesionales de salud formados en epidemiología de campo y de estos perfiles tampoco había ninguna posición, para más de 15 promociones de salubristas que se han formado en la UASD desde el 1986 y otras promociones formadas en la Universidades como Uniremhos, Ucateci, y la UCE.
En este punto, se podría argumentar páginas sin fin acerca de los motivos por los que es importante contar con un número suficiente de profesionales capacitados en epidemiología y salud pública para garantizar un sistema de salud robusto y efectivo, que pueda responder a las necesidades de la población.
Pero en esta ocasión solo señalamos que, desafortunadamente, nuestro sistema sigue enfocado en una visión de atención clínica individualista que reacciona y responde al modelo biologicista y curativo, que es un enfoque de la medicina que se centra en la curación de enfermedades a través del tratamiento de sus causas físicas y biológicas, pero que carece de la visión holística y centrada en el paciente, ya que no aborda adecuadamente los factores sociales, psicológicos y ambientales que, está demostrado, son más costo efectivos para diagnosticar, atender y prevenir problemas de salud complejos.