Un nuevo gobierno ha sido elegido en unas elecciones llevadas a cabo en condiciones excepcionales debido a la pandemia del COVI. El presidente electo Luis Abinader llegó a la primera magistratura luego de una lucha de 15 años donde debió vencer el escepticismo de muchos y las descalificaciones de no pocos, nada inusual en la política. Ahora asumirá la presidencia en las condiciones mas difíciles que se recuerden. Esto así, pues la crisis bancaria del 2004 fue una crisis local. La crisis del 2008 fue una crisis internacional, que la República Dominicana logró sortear con un crecimiento económico positivo en los años 2008 y 2009. Pero la presente crisis es una aguda crisis internacional y doméstica de una magnitud desconocida desde la década de los años treinta del siglo pasado. Las políticas fiscales y monetarias expansivas son indispensables para combatir la pandemia incrementando el gasto de salud, para proteger a los más vulnerables, aumentando las transferencias, y para amortiguar la caída de la actividad económica, mediante una política de liquidez monetaria. Sin embargo y para complicar las cosas, estas políticas a mediano plazo acentuarán los desajustes de una economía que venía endeudándose aceleradamente.

Además, quedan muchos otros retos. La mala calidad de nuestra enseñanza pública, que evidentemente es un obstáculo para que nuestra economía evolucione hacia una más tecnológica, con mayores salarios y una mayor productividad. Más importante, las diferencias educativas son el origen de las desigualdades sociales y de las dificultades para el ejercicio pleno de la democracia. Tenemos igualmente que combatir el acelerado deterioro social provocado por la delincuencia y el tráfico de drogas que están envenenando nuestros barrios y pueblos. Se deberá enfrentar el desempleo de los dominicanos y la preponderancia de los empleos informales de muy baja productividad. Además del desplazamiento de los obreros dominicanos de la construcción y la agricultura. No habrá ninguna oportunidad para la tecnificación de estos sectores claves mientras prevalezcan una mano de obra de bajos salarios y peores condiciones laborales. El reto que representa un vecino cuyas instituciones están en franca disolución. El caso del sector eléctrico, que nunca se resuelve. Finalmente, para enfrentar todos estos problemas contamos con una burocracia estatal desorganizada, con una cantidad de instituciones infuncionales, cuyo razón de ser es dar empleos improductivos, para compensar la falta de generación de empleo de nuestra economía.

Todo esto lo tendrá que enfrentar el nuevo presidente electo con su equipo. Pero más importante, lo deberá enfrentar él mismo, pues el ejercicio del poder es un oficio solitario y los jefes de estado están solos, aunque estén rodeados de muchas personas. El gran estadista francés De Gaulle afirmó que el ejercicio del poder requería de distancia y silencio. Es decir, de soledad…

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