Los signos ortográficos, los de puntuación y los auxiliares, son aquellas marcas gráficas que aparecen en los textos (salvo los números) y que ayudan a expresar la intención de un escrito. Recordemos que los signos ortográficos auxiliares son: el apóstrofo (’), el asterisco (*), la barra (/), diéresis (¨), guion (-), llave ({ }), párrafo y la tilde (´).

En lo que concierne a los signos de puntuación, podemos citar: el punto, la coma, punto y coma, dos puntos, comillas (pueden ser simples o dobles), paréntesis, signos de interrogación, signos de exclamación, puntos suspensivos, entre otros. Pero no solo sirven para dejar clara la intencionalidad que queremos poner de manifiesto en un texto, sino que también son una herramienta fundamental para transmitir la emoción que deseamos a quien nos lee, por eso la importancia de conocerlos y de colocarlos donde amerita, según las normas.

Por ejemplo, un punto suspensivo, que tiene muchos usos, puede transmitir muchos sentimientos o emociones a la hora de hablar y de ponerlo de manifiesto a modo escrito. Por ejemplo: “Esa vez que te vi, yo…”. Puedes visualizar a quien lo dice quizás con miedo de terminar de decir algo.

Y a propósito de las emociones y de cómo nos auxiliamos de los signos ortográficos para transmitirlas, miremos, por ejemplo, que en la expresión “¡Qué hermosa! Su belleza es incomparable”, hemos puesto de manifiesto una oración con emotividad y admiración hacia algo.

Los signos ortográficos son tan importantes, que pueden, incluso, ser la causa de una mala interpretación en documentos delicados. Veamos el siguiente ejemplo: “Imposible que cumpla esa condena con cárcel”, pero ahora ponga una coma y verá como cambia el sentido en una misma oración: “Imposible, que cumpla esa condena con cárcel.

Sé que ahora vendrán a tu mente muchos recuerdos que evocamos, a modo de ejemplos, de los tiempos de las clases en las aulas, esos en que nos decían: “Por una coma mataron a un general”.

En la oración “Ay no parece hija tuya”, faltarían varios signos para dejar claro el mensaje, si lo que se quiere transmitir es que alguien tiene un parecido físico muy marcado con alguien. Lo correcto sería: “ ¡Ay!, no, parece hija tuya!”.

De eso se trata, de conocer el uso de cada uno de los signos ortográficos para poder transmitir en una escritura limpia las emociones que queremos que lleguen: ya sea un insulto, un halago, una exclamación, etcétera.

¡Gracias por leerme!

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