El pasado viernes en mi artículo semanal planteé que, además del coronavirus, como amenaza al turismo mundial y a la recuperación del comportamiento negativo del segundo semestre del año pasado, provocado por la campaña negativa en los Estados Unidos, el otro tema que necesitábamos cuidar es el manejo de la temporada electoral, que iniciaba en febrero con las municipales y termina en mayo con las presidenciales y congresuales.

Escribí: “Otro tema que compromete a toda la sociedad y por supuesto a los gobernantes, es el proceso electoral que está en macha y que termina en agosto con la juramentación de las autoridades electas”.

“Necesitamos celebrar elecciones en paz sin traumas ni confrontaciones violentas que provoquen la circulación de informaciones negativas. Nuestra sociedad se lo merece y el turismo la necesita, para bien del país, esta vez más que nunca porque tenemos un ambiente internacional atemorizado por la rápida propagación del coronavirus”. ¿Qué puede pasar que afecte el turismo? El pasado domingo circuló una fotografía que mostraba una estación de peaje incendiada, indicando que era en la carretera que conduce a Samaná. Casi al mismo tiempo, circuló un video que mostraba un pelotón de militares en ropa de combate moviéndose y disparando en una calle.

Resulta que la foto de la estación de peaje fue tomada en Honduras y el video no era actual. Pero esas imágenes circulando por Internet pueden recorrer el mundo en minutos y junto con la noticia de la suspensión de las elecciones municipales por un supuesto sabotaje al sistema de voto electrónico, ofrecen un idea sumamente negativa, que nos coloca en una situación parecida a los acontecimientos recientes de Bolivia, Chile y Nicaragua. También no colocan en el camino de la negativa imagen de Venezuela.

Comparto el señalamiento de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (ASONAHORES) que en su declaración del pasado lunes advirtió lo siguiente: “La estabilidad y un ambiente de paz son condiciones indispensables para la buena marcha de la economía, para mantener a la República Dominicana como destino atractivo para las inversión local y extranjera que ha impulsado el crecimiento del turismo y de muchas otras actividades productivas”.

El turismo es una actividad incompatible con una ambiente de conflictos, crisis, confrontaciones sociales, epidemias o cualquier tipo de acontecimiento que altere la marcha normal de la vida y la cotidianidad de un país. ¿Quién quiere ir a China, a Siria, a Palestina, Líbano, Libia… por ejemplo? Los Pero consideremos situaciones más cercanas. Por ejemplo, existe turismo hoy en Haití, el año pasado Chile perdió parte importante de su flujo turístico con la crisis provocada por las protestas sociales, también ocurrió en Bolivia, y mucho antes en Nicaragua, por la rebelión contra la dictadura sandinista.

Ayer vi un despacho de la Agencia Prensa Asociada que reportaba la crisis política dominicana, pero ya no hacen falta este tipo de servicios para que el mundo se entere de lo que ocurre en República Dominicana. Internet es suficiente para lo bueno, también para difundir lo negativo.

Frank Rainieri dijo este miércoles que el turismo no ha sido afectado por la crisis política derivada del fracaso de las elecciones municipales. La pregunta es si, como sugiere ASONAHORES, cuando indica que la crisis exige al liderazgo nacional colocar “en primer lugar el interés del país”, para “mantener el ambiente de estabilidad social y progreso económico que necesitamos para desarrollarnos”, si nos colocaremos a la altura de la circunstancia para mantener el diálogo y la paz.

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