Hace algunos años conocí un emigrante que invirtió sus ahorros y sembró sus sueños en Cabarete. Era activista de la Asociación para el Desarrollo de Cabarete, que en ese momento denunciaba la insólita decisión del director de ese distrito municipal, de privatizar el cobro de los impuestos y entregó el negocito a un famoso extranjero que aumentó los arbitrios y actuaba abusivamente a su mejor parecer.
Ese amigo de origen suizo tiene un pequeño hotel (Kaoba) y enfrentó al director municipal y al privatizador que carga con un feo historial. Resuelto lo de la privatización de impuestos llegó la pelea por el medio ambiente, porque el director municipal se dedicó a rellenar parte del espacio de la Laguna de Cabarete para vender solares.

De lo ambiental se pasó a la guerra contra la corrupción y malversación de los recursos del distrito municipal. Mi amigo llevó el tema a los “tribunales de justicia”, que dieron vueltas y más vueltas pero no lograron marearlo ni cansarlo. La batalla fue larga y el director municipal terminó pagando sus tropelías en la cárcel. Fue ejemplo para el país.

El costo de la pelea: un atentado contra su vida, un intento de desacreditarlos acusándolo de contaminar la Laguna de Cabarete, también pagó los abogados que los defendieron de esas acusaciones y llevaron la acusación contra la corrupción. Tenía que moverse con cuidado porque los depredadores y corruptos de Cabarete, son gentes de armas tomar, y actuaban sin que autoridad alguna los tocara.

Ganó la batalla al señor Mora, el famoso Canoa Director Municipal de Cabarete. Su decisión de enfrentar los depredadores lo envolvió en nuevas batallas. Esta vez contra los destructores del río Yásica, y contra un “empresario inversionista” francés y su socio local por destruir un manglar. Después, contra los antiguos socios de Canoa, que escudados en famosa hotelera querían apoderarse de terrenos públicos y machacar los manglares del Yásica.

En los últimos meses, mi amigo inició una nueva batalla para salvar la Laguna de Cabarete de los depredadores encabezados por un pariente de Canoa, que cada día robaban un pedazo a este importante almacén hidráulico. Esta vez encontró dos buenos aliados: Luis Abinader y Orlando Jorge Mera

Mi amigo es Michel Gaycrosier, que ya es dominicano. De nuevo ha sido amenazado, perseguido, presionado, atacado y tiroteado su famoso “dron” con el que fotografía desde el aire los crímenes contra la playa, la laguna, la desembocadura del Yásica… Un “dron” mágico protegido por ángeles porque sus atacantes no han podido derribarlo.

Antes Michel peleaba casi sólo contra la depredación en Cabarete. Ahora Orlando Jorge, ministro de Medio Ambiente envió los chicos del Servicios Nacional de Protección Ambiental (SENPA) para recuperar los miles de metros que le robaron y rellenaron a la Laguna Cabarete. Michel volvió a ganar, pero ahora de nuevo, los chicos malos lo amenazan con eliminarlo físicamente. Quizás ahora el fiscal y los jueces de Puerto Plata no podrán “hacerse los locos” y no podrán intentar marear a Michel.

Comparto la idea de mi amigo Juan, que en diciembre dijo que tendremos que hacerle un monumento a Michel, que ha dedicado y arriesgado su vida y gastado su patrimonio para enfrentar los corruptos y depredadores. Creo que él ya tiene un monumento en el corazón de muchos dominicanos Pienso que si CICOM no lo hubiera convertido en un personaje de resonancia pública ya lo habrían eliminado físicamente. Ahora es otra la historia.

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