La actual campaña electoral tiene como uno de sus grandes retos servir de termómetro para configurar el nuevo liderazgo, que será el relevo necesario de los lideres que, como Leonel, Danilo e Hipólito, ya cierran, o deberían cerrar, su papel activo como figuras de connotación político-electoral.
En la actualidad hay dos jóvenes políticos que forman parte de la oferta electoral quienes, por su capacidad, visión y fortaleza de ideas, se convierten en opciones de primer orden para ser parte importante de la renovación del liderazgo en la Fuerza del Pueblo y en el Partido de la Liberación Dominicana, y para ser dos voces responsables en la orientación de eficientizar y dignificar cada vez más el Congreso Nacional.
Esos dos jóvenes son Omar Fernández y Yuri Enrique Rodríguez. Ambos presentan un perfil joven lleno de capacidad profesional, los dos son abogados con maestrías, con una gran visión para entender la realidad, ambos han hecho propuestas que conectan de manera directa con los principales problemas de sus electores, ambos ven la política no como una vía para alcanzar metas personales sino como un medio para servir a los demás. En ese orden, tanto Omar como Yuri Enrique merecen ser apoyados de forma entusiasta por todos los que les preocupa que el ejercicio de la política sea cada día más digno, más profesional y más visionario.
Omar Fernández se ha convertido en un fenómeno electoral. Con tan solo 32 años ya emerge como el dirigente político que representa estos tiempos. Aunque es hijo del ex presidente Leonel Fernández, ha sabido manejar su imagen y su carrera política con total independencia de su padre, pero sabiendo atesorar y valorar las buenas acciones de lo que ha significado Leonel para el ejercicio político y gubernamental. Omar tiene capacidad, tiene carisma, conecta con la gente, es humilde y sobretodo, conoce la realidad dominicana y las vías para solucionar los graves problemas nacionales. Actualmente, después de eficazmente ejercer cuatro años como diputado, aspira a senador del Distrito Nacional y tiene todas las posibilidades de lograrla, a pesar de que tiene en su contra no solo al candidato oficial del PRM, sino al propio presidente de la República, a más de 10 ministros y a casi todo el presupuesto nacional.
Yuri Enrique es otro fenómeno político de estos tiempos. Con tan sólo 28 años de edad, se perfila como uno de las figuras principales para retomar la antorcha en la generación relevo del PLD. Y eso lo viene demostrando desde hace tiempo. Yuri fue uno de los pocos jóvenes del PLD que fue capaz de defender públicamente a esa organización cuando las protestas en la plaza de la bandera en el 2020. Yuri es un joven abogado sumamente preparado, tiene dos maestrías, una realizada en Francia y la otra en Inglaterra, cuenta con una gran capacidad de comunicar y de escuchar a la gente. Su participación en los debates de aspirantes a diputado que organizó la Cámara de Comercio de Santo Domingo, fue ampliamente elogiada y todos los analistas dijeron que fue el ganador de esos debates, por la calidad de sus propuestas y por su gran capacidad profesional. Su propuesta de llevar una ley para aprobar el Plan Hostos, que plantea llevar nuevamente la enseñanza de Moral y Cívica en las escuelas, es muy atinada y pertinente. Partiendo de que la principal preocupación de los residentes en la circunscripción número 1 es la inseguridad, Yuri busca lograr que los jóvenes estudiantes puedan obtener en las aulas “una brújula moral que les guíe en sus decisiones y acciones». Para Yuri Enrique, es urgente que en sus planes de seguridad el gobierno priorice la construcción de ciudadanía y el retorno a los valores.
Omar y Yuri Enrique, por su clara visión de la realidad, por sus propuestas precisas y eficaces ante los problemas de los habitantes de su circunscripción, por su compromiso social y su cercanía a la población, son dos propuestas electorales que merecen ser apoyadas por todos aquellos que nos preocupa el presente y el futuro de la República Dominicana. Omar y Yuri Enrique representan la mejor esperanza para caminar el sendero de los valores y de la integridad en la política moderna. Merecen y obtendrán el apoyo de la mayoría de los habitantes del Distrito Nacional para dignamente ser su senador y su diputado. Con la bendición de Dios.