No me gustan los números ni sus derivados: me deprimen y me ponen de mal humor. Pero entiendo que son necesarios y hay que entender su dinámica para evitar engaños y saber cómo utilizarlos.

Sin duda alguna, el mundo de los números ha aportado a la humanidad en el orden, secuencia y medida de objetos, personas, lugares o cosas.

Antes de entrar en materia, recuerden que los numerales pueden ser: cardinales, que designan número (uno, dos, tres…); ordinales, que designan orden (primero, segundo, tercero… décimo, décimo primero, décimo segundo); los fraccionarios o partitivos, que designan una parte de la unidad (media, onceava, doceava…); y los multiplicativos, que expresan producto (doble, triple…).

El tema lo traigo porque navegando en la red social Instagram me detuve en una de las cápsulas de la colega Mabel López, quien desde su cuenta lo abordó por las constantes confusiones que se dan con algunos numerales. Desde ese espacio, ella edifica en gramática, una preocupación compartida que nos motiva a hacer nuestros aportes en esa línea.

La cápsula a la que hago alusión, orienta sobre la confusión que suele darse en el uso de los números ordinales (décimo primero, décimo segundo…) y los partitivos o fraccionarios (onceavo, doceavo).

Aunque previo hay una definición breve sobre estos tipos de números, leamos lo que dice la RAE sobre los numerales ordinales: “Expresan orden o sucesión en relación con los números naturales e indican el lugar que ocupa, dentro de una serie ordenada, el elemento al que se refieren”. Por ejemplo: María sintió más el temblor porque vive en un decimoquinto piso.

Sobre los números fraccionarios o partitivos, la RAE dice lo siguiente: “Expresan división de un todo en partes y sirven para designar una o varias de las fracciones iguales en que se ha dividido la unidad”. Por ejemplo: Mi madre hoy solo compró medio litro de leche.

Tal como señala López, muchos se confunden en este caso: “Celebran la onceava edición de…), cuando lo correcto es “Celebran la décimo primera edición de…”, porque se habla de una secuencia, un orden de algo (ordinales), no de una parte de algo (fraccionarios o partitivos).

También suelen equivocarse al decir “Vivo en el onceavo piso”, cuando al existir una sucesión de pisos lo correcto es emplear el ordinal, “Vivo en el undécimo piso”.

Gracias a la colega López, recordé que tenía pendiente escribir al respecto, debido a que llegan notas de prensa con titulares que contemplan estos errores.
¡Gracias por leerme!

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